El optimismo latinoamericano contrasta con el pesimismo de los países desarrollados

Empresarios y ex presidentes se mostraron hoy en Buenos Aires optimistas frente al "enorme potencial" que tiene Latinoamérica para expandirse a partir de condiciones macroeconómicas "sanas", en contraste con el pesimismo y los disensos entre los países desarrollados para salir de la crisis.

En el marco de un foro organizado por el Círculo de Montevideo, el magnate mexicano Carlos Slim aseguró que en quince años las mayores economías latinoamericanas saldrán del subdesarrollo gracias a un crecimiento sostenido.

"Las oportunidades que tiene Latinoamérica son enormes. Nuestros países están saneados macroeconómicamente, tenemos instituciones financieras muy sanas y poco uso del crédito, lo cual es un potencial", dijo el empresario.

Slim aseguró que "cuando los países pasan los 12.000 dólares de renta anual per cápita rompen la barrera del subdesarrollo y América Latina ya está muy cerca" y, si puede crecer a una tasa del 5 por ciento anual, "en 15 años duplicará su ingreso per cápita".

El magnate, dueño de Telmex y América Móvil, afirmó que esa tasa de expansión anual es la "mínima" que puede tener la región porque, aseguró, la demanda de bienes primarios que produce Latinoamérica será "permanente".

Según Slim, el primero que se incorporará al desarrollo será Chile y luego lo harán "Argentina, Colombia, Brasil y México y Perú muy cerca".

Frente al optimismo del mexicano, el ex presidente del Gobierno español Felipe González remarcó el "estado de ánimo" positivo que prima en Asia respecto de su futuro económico, mientras que en Latinoamérica hay varios estados de ánimo, con un Brasil "muy positivo" y otro en México "no tan positivo", "pero en general, se considera que la región tiene oportunidades de futuro".

En contraste, señaló González, en Europa se piensa que la siguiente generación va a tener menos oportunidades que la de sus padres.

El ex presidente español aseguró que muchos de los problemas estructurales, como el envejecimiento poblacional, detectados en Europa hace quince años "siguen sin enfrentarse", mientras que el Viejo Continente aplica medidas restrictivas ante la crisis, frente a las expansionistas por las que ha optado EE.UU.

También se quejó por la crisis de gobernanza a nivel mundial, plasmada en la falta de acuerdos en un G20 incapaz de "enfrentar los movimientos financieros que crean burbujas que finalmente estallan".

"La visión absolutamente antagónica de Estados Unidos y la Unión Europea hace imposible avances serios en forma de propuestas", aseguró González.

Por su parte, el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, coincidió en señalar que es un problema "preocupante" y "particularmente serio" la "falta de unidad en el mundo desarrollado", las visiones "contrarias y encontradas que tienen hoy los países centrales para salir de la crisis".

En este contexto, el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti consideró fundamental "redefinir el multilateralismo en el mundo".

El empresario Slim criticó particularmente que los países desarrollados no sólo no regulen los sistemas financieros correctamente sino que, además, tomen aún "grandes riesgos".

"No se ha resuelto nada. Es más, se está agudizando el problema", aseguró el empresario, quien también se mostró preocupado por la "falta de conducción del cambio y las crisis que esto va a provocar" y porque "los tecnócratas no saben que no saben".

"Estamos viviendo una crisis de paradigma, de Gobiernos, en los países desarrollados, que se manifestó en los sistemas financieros y también se manifiesta ahora en grandes déficits fiscales, con los que se vuelven insostenibles los beneficios que habían dado los Gobiernos", aseguró Slim.

Según Felipe González, si Argentina, Brasil y México, los tres países latinoamericanos que integran el G20, se coordinaran para presentar la voz de su región, dijo, "habríamos dado un paso gigante en el punto de vista de la integración".

El ex presidente colombiano Belisario Betancur aseguró que coincide "totalmente" con el planteamiento de su colega español, porque cree que "la madre de todas las calamidades es la falta de integración" en la región.

"Como no nos ponemos de acuerdo para tener una sola voz, seguimos cantando bajo la lluvia", lamentó.