El verdadero Don Corleone

El verdadero Don Corleone

Escribir órdenes en papelitos y desconfiar de la tecnología le permitió al capturado gran capo de la mafia siciliana, Bernardo Provenzano, permanecer oculto de las autoridades durante 43 años.


Pablo Escobar no sobrevivió a sus pocos años de clandestinidad, en los cuales perdió su poder y parte de su fortuna. Pero Bernardo Provenzano, quien, a diferencia de Escobar, ha odiado siempre los celulares y los teléfonos, acumuló influencia y poder escondido de todos durante las últimas cuatro décadas hasta convertirse en "il capo di tutti i capi" (capo de capos) escribiendo órdenes en pequeños trozos de papel ("pizzini") desde las inmediaciones de la aldea de Corleone, en Sicilia. Allí, la Policía le encontró, después de capturarlo, 170 "pizzini" con órdenes sobre todo tipo de asuntos, que pasaban de mano en mano entre los integrantes de la Cosa Nostra hasta ser cumplidas.

Provenzano ya era un mito en Sicilia y dentro de la mafia italiana. Se decía que era un fantasma omnipresente y todopoderoso, que había cambiado de rostro varias veces con cirugía estética, que era el dueño y señor de Sicilia y del sur de Europa, y que la Policía jamás lo iba a capturar porque era "invisible". La última tecnología desplegada contra él había sido inútil porque ni los radares, ni los teléfonos interceptados, ni los satélites habían logrado descubrir su paradero. Todo porque Provenzano, de 73 años, se había negado a usar métodos modernos de comunicación, para evitar incluso el riesgo de ser escuchado en una conversación.

"Parece increíble que a punta de notas en papelitos se pueda dirigir una organización con tantos tentáculos e intereses como la Cosa Nostra, pero con esta estrategia silenciosa, Provenzano pudo sobrevivir por tanto tiempo al cerco policial manteniendo el más bajo perfil posible, haciéndose pasar por un simple campesino de Corleone, mientras tenía en jaque a las autoridades italianas", dijo a SEMANA la agente de Europol en Sicilia, Valeria Casicci.

Bernardo Provenzano desapareció de la luz pública en septiembre de 1963, luego de que la Policía lo acusara de ordenar el asesinato del líder mafioso Francesco Streva, cuyo cadáver fue descubierto en una cuneta de una carretera con el rostro desfigurado y sin el dedo de la mano izquierda. Aquel año fue uno de los más sangrientos que recuerde la población de Corleone. Cincuenta y dos personas fueron asesinadas y se registraron 21 intentos de homicidio por las guerras entre las mafias del lugar. El propio Provenzano resultó herido en una de esas disputas y se presentó en el hospital del pueblo ensangrentado por una bala que le rozó la cabeza. Los viejos de Corleone se acuerdan de lo que Provenzano le dijo al médico que lo atendió: "Estaba paseando, noté un dolor fuerte, perdí el conocimiento y no me enteré de nada". Fue la última vez que se le vio en público.

Desde entonces, se convirtió en un fantasma al servicio de la Cosa Nostra, muy eficiente en idear y llevar a cabo planes de expansión de los negocios mafiosos. La Policía lo buscó en los años 60 sin dar con su paradero y, al parecer gracias al poder corruptor de la mafia, un buen día dejó de perseguirlo y lo dejó tranquilo durante más de 20 años.

La búsqueda de Proven-zano se reactivó en 1992 tras la denominada "masacre de Carpaci", que le costó la vida al juez antimafia Giovanni Falcone. La Cosa Nostra hizo estallar una potente bomba bajo el puente que une Palermo (Sicilia) con su aeropuerto y el automóvil de Falcone saltó por los aires. En el atentado también murieron la esposa de Falcone y tres integrantes de su escolta. La Policía acusó a Provenzano y le puso precio a su cabeza. Primero ofreció 2.000 millones de liras, luego subió la recompensa a 3.000 millones en 1996, y desde hace algunos años ofrecía 2,5 millones de euros a quien revelara su escondite.

A partir de aquel momento creció el mito de la 'invisibilidad' de Provenzano y de sus supuestos poderes sobrenaturales para evadir a la Policía, que aseguró en al menos 30 ocasiones que estuvo a punto de capturarlo. Situaron detectives cerca de sus propiedades en Palermo y en la provincia de Agrigento, en Sicilia, e incluso enviaron agentes a Alemania a vigilar a su hermano. Durante varios años, la Policía mantuvo una estrecha guardia sobre la vieja casa en Corleone donde viven su esposa, Salveria Palazzolo, y sus hijos Francesco y Angelo, pero todo fue en vano. Él mantuvo permanente comunicación con su familia a través de los papelitos y por eso la Policía no pudo seguir su rastro.

En Sicilia, todas las patrullas de la Policía portaban una foto de gran tamaño de Provenzano, un fotomontaje realizado con fotos antiguas y las descripciones de 'soplones' que decían haberle visto de cerca. A finales de los años 90, una de estas patrullas lo detuvo en un control de caminos, pero los agentes no reconocieron al capo con su apariencia de humilde y amable anciano. El último escape de Provenzano ocurrió en 2001, cuando una patrulla descubrió su escondite y estableció un cerco a su alrededor, pero él huyó sin ser visto.

Provenzano fue desde la clandestinidad la mano derecha del capo de la Cosa Nostra Salvatore 'Totó' Riina, un loco que quería vencer al gobierno italiano en una guerra abierta y que fue capturado en 1994, juzgado y condenado a una larga pena en prisión. Entonces Provenzano lo reemplazó y reorientó la mafia, reduciendo sus acciones violentas e infiltrándose con la mayor sutileza posible en la Policía, los tribunales, los medios de comunicación y el gobierno siciliano e italiano. Riina confiaba en él porque le parecía un poco "tonto" y falto de aspiraciones, pero Provenzano ha sido el capo que más poder ha conseguido acumular desde la clandestinidad en la historia mundial de las mafias. Ahora cuando al fin ha caído, sale a flote que su fortuna personal ascendía a 600 millones de euros, y los pobladores de Corleone, que han sobrevivido a las dos guerras mundiales y a innumerables conflictos de las mafias, esperan que por fin venga una paz definitiva para el pueblo y para Sicilia.
Fecha: 04/22/2006 - Edición: 1251 No. Palabras: 989