..................el ejercito fantasma...............................

Es una historia peculiar del arte, de la ingeniosidad y del engaño, mantenida en secreto durante casi 50 años. Hasta 1996, nada se sabía de esta atípica unidad del ejército norteamericano. El historiador J. Gawne dice que es “una de las más grandes historias de la Segunda Guerra Mundial”.

En 1941, E.E.U.U. comienza a formar una unidad para luchar en Europa. Lo que la hizo peculiar y diferente fue que su tropa estuviera compuesta por artistas, diseñadores, expertos en efectos especiales, y técnicos de sonido. Además, su misión verdadera no era luchar, sino engañar al ejército alemán. Sus apoyos eran tanques inflables y pirotecnia; pinturas para camuflaje, juegos de radio, y otros efectos especiales. Desde Normandía participaron en cinco países distintos, y pusieron sus propias vidas en la primera línea de combate para ahorrar las vidas de sus camaradas.

En junio de 1944, esta unidad excepcional entró en acción tras el Desembarco de Normandía y siempre participaron autorizados por el ejército norteamericano. La unidad oficialmente fue la 23 Tropa Especial, pero comúnmente se les conocía como “El Ejército Fantasma”.

La misión de esta unidad era de alto secreto y consistía en crear un escenario de guerra que pudiese engañar a los alemanes sobre la localización real y la fuerza de tropas americanas en campos de batalla a través de Europa. Desde Normandía al Rin, efectuaron 20 engaños en distintos escenarios. Como actores en un teatro, los hombres de la 23 tuvieron que preguntarse en cada misión: ¿“Quiénes somos esta semana? ¿Cuál es nuestra historia?”. Entonces, ponían en escena una demostración, con los nazis como espectadores.



Muchos de los nuevos reclutas eran ya famosos; otros ganarían celebridad después de la guerra. Entre ellos estaba el pintor Ellsworth Kelly; Olin Dows, artista prominente y amigo personal de presidente Franklin D. Roosevelt; el artista Harold Laynor; el diseñador Bill Blass; la estrella de cine Douglas Fairbanks Jr ; el diseñador de Hollywood George Diestel; y el fotógrafo Kane, entre otros muchos.

Se hizo un gran esfuerzo para poder reunir a todos estos brillantes personajes, de cuyos talentos se esperaban nuevas y mejores maneras de engañar al enemigo. Y es que para ellos engañar era su manera de la vida. En ocasiones se requirió su presencia en la primera línea del frente. La experiencia en escenificación artística, y su posicionamiento en primera línea, debían combinarse perfectamente para hacer de su batallón la unidad más inusual de engaño de la historia militar a ese tiempo.

En la década de los 90, las actividades de esta unidad comenzaron lentamente a emerger de los expedientes del Gobierno. No obstante, casi no se ha escrito nada sobre el Ejército fantasma. En las palabras de un veterano que sirvió junto a ellas en la batalla del Rin dice: “estos hombres son héroes verdaderos. No héroes porque mataron a muchos de alemanes sino héroes porque ahorraron millares de vidas americanas.”



El engaño fue utilizado como táctica militar mucho antes. Recordemos el famoso “Caballo de Troya”. Eso sí, EE.UU. lo utilizaría por primera vez de manera sistemática y organizada en la Segunda Guerra Mundial. La aparición de sofisticadas técnicas de inteligencia y reconocimiento, junto con la movilidad sin precedente en el campo de batalla, aumentaban las posibilidades de engaño táctico. El éxito de estos ejercicios de camuflaje ayudó a convencer a los estrategas americanos de la necesidad de un camaleón como lo era el Ejército Fantasma en el teatro europeo.

El Departamento de Guerra de EE. UU. autorizó su formación, de manera que tres unidades fueron apresuradamente reunidas de todo país para el entrenamiento y la reorientación en Camp Forest en Tennessee. Se trataba de la unidad 244th Message Company; la 406th Engineer Security Company; y la 3132nd Signal Service Company.

La misión de la 244 era desarrollar y emplear los trucos de radio de la contrainteligencia. La unidad 406, por su parte, estaba disciplinadamente entrenada en la guerra del desierto, y se puso a cargo de todo lo relacionado con seguridad y con los duros trabajos de construcción. La unidad 3132, fue entrenada por separado en la estación experimental del ejército en Nueva York, donde se inició en el desarrollo de técnicas de sonido.

Quizás el artificio más eficaz que desarrollaron fueron los camiones que difundían los complejos sonidos de unidades militares. Los miembros de la 3132 registraron cuidadosamente los ruidos de los típicos tanques y de los soldados de infantería y de unidades de artillería bajo distintas condiciones atmosféricas y toda una gama de distancias. Antes de 1944, tenían una grabación “sana”, de absolutamente fiabilidad, de casi cada tipo de unidad militar en el continente. Con la grabación de sonidos reales engañaron a tropas alemanas que creían escuchar la llegada de todo un batallón de tanques, o la llegada cercana de un regimiento de la infantería.


Así pues, las tropas del Ejército Fantasma comenzaron a entrenar para su nueva misión. Tras la iniciativa del general Montgomery, trabajaron con equipo y operaciones falsas utilizando tanques de goma inflables, maniquíes, falsos mensajes de radio, etc. Personificaron los trajes de tantos y diversos equipos que hubo sastres exclusivamente dedicados al reajuste de uniformes.