Lenguaje corporal

Lenguaje corporal


Encuentros cercanos

Ella se recuesta contra ti, o pone su mano sobre tu rodilla. Los que saben opinan que dos de cada tres mujeres utilizan el lenguaje corporal en vez del lenguaje hablado para atraer al hombre. Está en ti dejar de mirarle el pullover como el mejor, y prestarle atención a la posición de sus manos o de sus pies. Estas señales pueden ser sutiles, como tocarte el hombro, o rozar tu mano con la suya, o mucho más obvias y directas, como acurrucarse a tu lado, apoyar su cabeza sobre tu hombro... No hacen falta más detalles, ¿no? En general podemos decir que si existe un repentino aumento del contacto entre ella y tu, iniciado por ella, se puede estar bastante seguro que está interesada. Claro que para darte cuenta vas a tener que dejar de mirarle la delantera por un rato, lo siento.

La lección de anatomía
Las piernas cruzadas no siempre significan rechazo.

Si ya tuviste dificultades para concentrarte con lo anterior, esto va a resultarte más difícil todavía, aunque la señal transmitida sea sorprendentemente clara. Mirale los ojos. No, no esa mirada hipnótica estilo película de Drácula antigua. Mirale sus ojos como si realmente fuera lo que de ella más te interesa. Es necesario prestar atención a sus pupilas. Si parecen dilatarse cuando te mira, aumentando visiblemente de tamaño, definitivamente hay buena onda. Salvo, por supuesto, que los dos estén en una habitación iluminada por nada más que por una velita de noche, y ella está intentando descubrir con quién está hablando. Si éste fuera el caso, bastará con prender la luz.

Moviendo las cabezas...

Las mujeres comienzan a juguetear con su pelo cuando están interesadas en su interlocutor. Si tiene flequillo y lo levanta, es como que quisiera darte una mejor posibilidad de mirarla (¿quien dijo que las mujeres no son ingeniosas?). Si su pelo le llega hasta el hombro, y ella con la mano empuja sus rulos y mechas hacia atrás, nuevamente te quiere mostrar más de su cara. Acá te revelamos un secreto, pero usalo con sabiduría: Si su pelo le llega hasta la nuca, y ella lo reacomoda cada vez en una nueva posición, definitivamente es hora de irte preparando. El cuello es la segunda zona más erógena de la mujer, y si la chica te deja acercarte ahí, es más que probable que seas su tipo.



Con los pies en la tierra

Definitivamente sus pies no son tan delatadores como sus manos, sus ojos, o su pelo. Pero hay diversos posibles gestos que pueden indicar atracción. Si sus pies se acercan a los tuyos, intentando rodearlos, o se acercan cada vez más a tu "zona media", te está transmitiendo una señal. Si no estás tan cerca, y ella tiene sus piernas cruzadas, te podría dar sensación de rechazo, pero no necesariamente es así: si una mujer tiene sus piernas cruzadas y su rodilla apunta en tu dirección, sigue siendo un buen síntoma. Es impresionante lo que puede la ciencia, ¿no? Claro que si con sus piernas te está rodeando el torso en realidad no necesitabas leer este punto.

Esos dientitos...
A veces no cuesta demasiado analizar el lenguaje corporal.

Te está sonriendo constantemente: puede no ser tan buen síntoma. Si sonríe con cada comentario o con cada gesto tuyo, de hecho está dándote a entender que no tenés chances. Lo que realmente te interesa ver en la boca de una mujer son sus dientes. No necesariamente sonrisa mediante, pero lo que te interesa ver son sus dientitos. Aunque parezca paradójico, que te muestre sus dientes es buena señal. Es algo así como un código femenino de "quiero mostrate otras cosas".

Un poquito de rubor

No sólo las mujeres se sonrojan, los hombres también. Cuando de chico pasaste algún papelón, te pusiste más colorado que un tomate. Lo mismo sucede cuando se trata de relaciones con el sexo opuesto. Todos nos ponemos nerviosos, y mucho más cuando estamos tratando con alguien que nos atrae físicamente. Hacemos el papel del pavo aunque ya no estemos en esa edad, y nos sonrojamos. El caso de las mujeres sin embargo es totalmente diferente. Se ponen coloradas cuando se sienten atraídas por un hombre. Señal inequívoca para determinar si deberías seguir con tus arremetidas.