Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio

Nacido un 23 de Junio de 1912, Alan Turing vivió sus primeros trece años en la India, donde su padre trabajaba en la Administración Colonial Inglesa. De regreso al Reino Unido estudió en el King’s College y, tras su graduación, se trasladó a la Universidad Estadounidense de Princeton, hasta 1934. De regreso al año siguiente, fue nombrado profesor del King's College.



Su estudio de 1936, publicado en la London Mathematical Society, definió una máquina calculadora con capacidad de resolver cualquier problema matemático que pudiera representarse mediante un algoritmo, la Máquina de Turing, que sentó las bases para los actuales ordenadores.

A comienzos de la II Guerra Mundial, durante la Batalla del Atlántico, el Gobierno Inglés, ante la pérdida de navíos por parte de los U-Bote de la Kriegsmarine, creó en Bletchley Park, un centro de criptografía, para descifrar el código secreto Enigma, y Turing fue elegido para dirigir ese equipo.
Para eso diseñó la Bombe, una máquina electromecánica, que permitió descubrir ese código, acortando la guerra y salvando miles de vidas.

Recibió la Orden del Imperio Británico por sus servicios.

Al mismo tiempo, creó el sistema Fish, que posibilitó el desarrollo del la primer ordenador electrónico digital llamada Colossus.

En 1949, como Director de Laboratorio de la Universidad de Manchester, diseñó trabajó en el software del ordenador Manchester Mark I. De esa época son sus estudios más abstractos y ya en 1950, indaga en la ciber matemática aplicada, lo que conocemos hoy por Inteligencia Artificial, para lo cual crea el llamado Test de Turing. Una aproximación a la comunicación entre Hombre y Máquina, que estableció un nuevo concepto de interfaz y cuestionó los límites de simulación del razonamiento Humano.

En 1952, la denuncia de un robo a su piso, derivó a una investigación que llevó a un cómplice del hecho, Arnold Murray, que también era pareja de Alan.

Acusado de homosexualidad, un delito en ese momento, fue condenado a optar entre la cárcel o la castración química.

Para poder continuar sus investigaciones, eligió lo último. Este tratamiento lo devastó física y emocionalmente.

Dos años después, Turing se suicidó tras morder una manzana con cianuro.
Como a Óscar Wilde, la sociedad lo había matado antes.

Más de medio siglo después, en septiembre de 2009 el Primer Ministro del UK, Gordon Brown, se disculpó en nombre del Gobierno por ésta injusticia.

Einstein dijo una vez; Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio...