(Historias del fútbol) Croacia, no tan santa

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Croacia, no tan santa Sinceramente, ya me choca un poco las frases hechas sobre Croacia: “es un equipo sufrido, como su pobre pueblo que ha sufrido tanto”. Esto no es en contra de Croacia, un país que tiene cosas maravillosas. Además, tengo muchos y muchas amigas cordobesas de ascendencia croata. Pero todos los países tienen cosas buenas y cosas malas. Croacia no es la excepción, sufrió mucho y también hizo sufrir mucho a otros pueblos, en la Guerra de los Balcanes, y mucho antes, cuando tuvo el régimen ustacha, un Estado títere del Tercer Reich Alemán, pero que cometía atrocidades que superaban ampliamente a los propios nazis. Aquí estoy con las camisetas del Dínamo de Zagreb (capital de Croacia) y Estrella Roja de Belgrado (capital de Serbia). Y esta historia es sobre este entrecruzamiento del fútbol con la geopolítica. Hoy, en el Estadio Maksimir, donde juega de local el Dínamo de Zagreb, hay una placa que dice: “Para los seguidores del equipo, que comenzaron la guerra contra Serbia en este estadio el 13 de mayo de 1990”. ¿Y qué pasó ese día de 1990? Todavía existía la ex Yugoslavia (eslavos del sur), aunque ya había ganado las elecciones en Croacia Franjo Tudjman, ferviente impulsor del desmembramiento del país. Se jugaba un partido de la liga yugoslava en el cual se enfrentaban estos dos equipos: Dínamo Zagreb contra Estrella Roja de Belgrado. Es más, el partido no se llegó a jugar, porque los hinchas croatas (conocidos como Bad Blue Boys), burlando los controles y cacheos, recibieron a los hinchas serbios con una batalla campal. La batahola fue tal que se trasladó al campo de juego y ahí sí la policía intervino. En un momento, un joven Zvonimir Boban (quien luego llegaría a ser una megaestrella del Milan) tiró una patada voladora a un policía, un gesto que se transformó en ícono. Tan es así, que la camiseta de la selección croata número 10 (la que usaba Boban) era común verla en las trincheras durante la guerra. “Ahí estaba yo, una cara pública preparada para arriesgar mi vida, mi carrera, todo lo que la fama puede comprar, todo por un ideal, por una causa: por la causa croata”. Otros jugadores croatas, 28 años después, también tomarían su camiseta ajedrezada como símbolo de un nacionalismo exacerbado que llevó a Europa a la mayor tragedia desde la Segunda Guerra Mundial. En aquellos años 1940, el régimen ustacha croata masacró miles de civiles en sus campos de concentración. Medio siglo después, la historia se repitió. Y al terminar el partido del mundial Rusia 18 en el que Croacia le ganó a la Argentina, resurgieron estos temas. Croacia hizo un partido casi perfecto y Argentina cometió todos los errores posibles. Al final del partido, en el vestuario, los jugadores croatas estaban felices y festejaban. Pero no eran canciones de cancha, lo que entonaban los jugadores era Bojna Cavoglave, un tema del cantante Marko Perkovic, que se hace llamar “Thompson”, por la ametralladora que él usaba en la guerra. Las canciones de Thompson son conocidas por hacer apología del régimen fascista ustacha y en la canción que resonaba en el vestuario se distingue una frase: “Za dom spremni” (Por la patria, listos), eslogan de la Ustacha, nacida en 1929 como una sociedad secreta. El canto polémico fue grabado y viralizado por Dejan Lovren, que junto a Luka Modric estuvieron aquella vez y estarán hoy. Pero no es un caso aislado en la selección croata. Después de conseguir su clasificación para el Mundial de 2014, el central Josip Simunic gritó la misma frase en un micrófono, ante un estadio lleno. La Fifa suspendió a Simunic por 10 partidos, incluido el Mundial. Y en 2015 la UEFA castigó a la federación croata con una multa de 50 mil euros y un partido sin público durante las eliminatorias para la Eurocopa por insultos racistas de sus hinchas. En ese partido sin público tuvo lugar el siguiente escándalo, por una esvástica dibujada en el césped. Mirá el video de los cantos fascistas de los croatas luego de ganarle a la Argentina:

Fuente: Mariano Saravia (Facebook)