La Embriagadora Melodía Este vehículo proporciona el de esta música Ya estaba el lenguaje, pero faltaba el soporte musical. Aprendieron de técnicas ochenteras, como el sintetizador Yamaha en tonos MIDI y no hicieron falta sino dos minutos de audio en una de aquellas habitaciones, para obtener el beat básico característico, semejante al de los muelles de las viejas camas moteleras al compás del de turno. Por último, fueron agregados "sonidos ambiente", como el de la bocina de una tractomula, para recordar la eterna unión entre los amoblados y las carreteras. El mejunje sonoro era cosa digna de escucharse en las más selectas plazas. La Voz Cantante
La cosa marchaba de perilla. Sólo faltaba un pequeño detalle: Era necesario encontrar a alguien suficientemente preparado para ilustrar con su voz los sueños musicales diseñados por estos gurús de la Música Moderna. Se seleccionó a un grupo de maracos macacos con
a quienes se les había practicado una lobotomía, pero fueron demasiado inteligentes como para caer
y se negaron a exponer a sus neuronas a los peligros de la desintegración instantánea bajo la estimulación de tan infernales ritmos de ultratumba. Los productores entonces se dieron cuenta de que habría que buscar voluntarios en ámbitos más especializados. Finalmente, encontraron el perfil idóneo del artista que iba a encarnar los nuevos valores musicales del milenio entre el personal recluso del Corredor de la Muerte de la Penitenciaría Estatal de
. Las reticencias de estos individuos a abandonar su idiosincrático modo de vestir fueron las responsables del fascinante look que hoy día podemos observar en nuestros
del reggaetón. En esos pantalones podría caber toda su familia, pero ¡Hay que saber llevarlos con clase! En cuanto a los nombres artísticos de las nuevas figuras, se adoptaron sobrenombres relacionados con el país del norte, pero que dieran cuenta del origen latino de estos modernos trovadores. Así, surgieron fabulosos apodos como
y su equivalente
gigante femenino: Ivy Queen.
Movimiento Pélvico
Uso inadecuado del Reggaetón
Todo esto no podía salir adelante sin un elemento esencial e imprescindible: una coreografía impactante, reconocible y fácilmente ejecutable por niños y mayores. Una tarde en que
hubo de permanecer encadenado a la pata del sofá por orden de su agente de la libertad condicional (tras haberse saltado
semáforos en rojo mientras huía de la
en un
robado con un cadáver en el maletero con el que había atropellado a varias monjas que estaban rezando en la iglesia que se disponía a atracar) no tuvo más remedio que
el
viendo uno de esos vibrantes documentales de National Geographic en el que se detallaba minuciosamente el complejo ritual de apareamiento del
en el hábitat silvestre. A la mañana siguiente, y tras varios ensayos previos con el pastor alemán de su vecino, Daddy Yankee presentó su propuesta de coreografía a los productores de Warner Music. El resto es ya Historia Viva de nuestra Sociedad.
A pesar del indudable calado en la cultura musical de la juventud latina contemporánea, y de sus innegables valores formadores de la moral y el sentido de la sana diversión, la crítica especializada nunca se mostró demasiado favorable hacia este nuevo estilo. Uno de los aspectos más delicados al que se hacía referencia desde
al Reggaetón era el supuesto trato denigrante que se dispensaría hacia la
por parte de los representantes de este estilo. No obstante, resulta a todas luces evidente el hecho de que el papel de la mujer es necesario, ineludible, inexcusable e incluso imprescindible en el entramado reggaetonero. Y si fuera el caso de que, en algún momento puntual, la imagen femenina fuera ligeramente vilipendiada, únicamente se trataría de una
ejemplificación de las
por el joven reggaetonero que se asoma por vez primera a este nuevo y mágico mundo audiovisual.
En la refulgente
del carismático
se ha creado alrededor de esta música un grupo de cristianos seguidores a los que llaman los
(onomatopéyica nomenclatura derivada de los viejos sonidos de la changa "tuqui tuqui" que
mantenga para siempre en nuestros recuerdos). Se caracterizan por una rica habla autóctona peculiar con la que dibujan con asombrosa precisión hasta los más nimios detalles de la hermosa realidad en que habitan, y que les permite devolver en forma de melodía la rebosante alegría que inunda sus corazones. Su encantadora indumentaria, en la que nunca faltan unas discretas zapatillas deportivas combinadas con recatados uniformes (en el caso de las chicas, siempre por debajo de la rodilla) es otra de sus señas de identidad.
Así, los Tuqui, con una clara vocación de
, se han dispuesto desinteresadamente en la práctica totalidad de las ciudades mediante establecimientos ambulantes que venden copias en
de esta expresión cultural alegrando las calles con su hermosa música a todo volumen y por todas las esquinas posibles, para solaz y diversión de las familias que se divierten gozosas durante su tradicional paseo dominical.