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Ver la Versión Completa Con Imagenes : La “mala conducta” escolar


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
SpitfireII
11-05-2013, 14:32:56
Alejandro, @gatoalejo1, escribe: “Mi hermano fue suspendido varias veces de un colegio y un año de otro (sic). Todo sigue igual y no concluye su #educación (sic)”. Alberto Tuberquia, @aiuqrebut, “la falta de idoneidad de algunos docentes y rectores, (“coma” sic) produce hechos como los de culpar a estudiantes, sin agotar recursos”. Raul Restrepo (nombre cambiado), acudiente de Sebastián, de 8 años, suspendido temporalmente del aula escolar -la periodista no lo llama padre, aun con el mismo supuesto apellido- “considera debería ser la última medida a tomar por los directivos docentes ‘ante el comportamiento indebido de los alumnos’” (EL MUNDO, 21.IV.13).

Los textos anteriores se refieren al niño Sebastián Restrepo (nombre cambiado) y no se sabe si la escuela es pública –donde muchas veces los padres pretenden que los derechos de su hijo primen sobre sus deberes para con la escuela y sobre los derechos de sus compañeros- o privada, donde generalmente las reglas tienen menos miramientos.

En la arbitraria redacción de los adolescentes de hoy, se puede interpretar que en el primer trino (de 6 que la periodista sondeó o publica) el adolescente –según foto- habla de una acción repetitiva no en una sola sino en dos instituciones educativas, al menos. El segundo hace parte del muy practicado deporte colombiano: “la culpa es de los maestros (y rectores en este caso)”, que es más o menos la misma posición del acudiente –no sabemos si también padre- de Sebastián.

Para nada se refiere el supuesto señor Restrepo a su responsabilidad como acudiente -¿como padre?- del menor, al parecer con problemas repetitivos: conversa en clase –es decir, la interrumpe, con perjuicio para la atención de sus compañeros (hasta 60 o más por salón)- sale del aula y de actos comunitarios sin previa autorización –interrupción y desacato-; además “ha agredido con hechos o palabras a otros miembros de la comunidad educativa”. Es decir, ha agredido no sólo a sus compañeros sino, posiblemente, a docentes, directivos o administrativos. Este comportamiento del niño, según se desprende por la información, es no sólo reiterado sino muy reiterado, para llegar hasta donde ha llegado, al parecer.

La periodista olvidó informar si al niño se le llevó un debido proceso, obligatorio en todos los casos, según el manual de convivencia de cada institución y que el supuesto señor Restrepo tiene la obligación de conocer por ser su acudiente, así como cada estudiante, de acuerdo con las capacidades de su edad. Estos manuales de convivencia institucionales son construidos –de acuerdo con la Constitución y la Ley- por todos los representantes de cada comunidad educativa y luego aprobados por Secretaría de Educación, como lo sabe la doctora Luz Elena Gaviria (Secretaria de Educación).

Lo relatado sólo es la punta de un iceberg que no es sólo de un Sebastián Restrepo. Son muchos los Sebastián Restrepo en similar, igual o peor situación y muchos los supuestos señores Restrepo en igual, similar o peor situación. El espacio de un artículo de prensa es supremamente corto para bucear hasta el fondo de este iceberg. La voz de las expertas es incompleta, porque también parece que desconocen el contexto como yo y el resto.

Mencionaré sólo algunos temas o puntos (que he tratado de manera más amplia en otros artículos): las jornadas de trabajo de ambos padres (cuando hay padres y cuando hay ambos) y su relación con la responsabilidad familiar que no se reduce al dinero para sustento y casa (cuando hay responsabilidad y cuando hay recursos). El hacinamiento de las aulas, hasta 60 o más por salón de clase/docente. El exceso de actividades para cada docente, además de su labor no sólo instructiva sino formadora –es decir- educativa. Cada año que pasa son muchos más los padres de las instituciones públicas que exigen por sobre todo, y por sobre todos, el cumplimiento de los deberes de la institución para con sus hijos. Los mismos que olvidan que también hay deberes.

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
cesar coy
11-05-2013, 17:25:44
Sobran hoy en dìa los ejemplos de docentes expulsados de colegios, no por mal comportamiento o mediocre desempeño laboral, no, sino gracias a "sindicatos" de alumnos y padres de familias que estan inconformes con el duro trato que se les da a sus angelitos. Con el alto desempleo en ese sector y los salarios de miseria que reciben la mayoria de ellos, es dificil imaginar un escenario donde tengan la capacidad de hacerse oir y respetar -como debe ser- por sus alumnos.

SpitfireII
11-05-2013, 18:31:29
Sobran hoy en dìa los ejemplos de docentes expulsados de colegios, no por mal comportamiento o mediocre desempeño laboral, no, sino gracias a "sindicatos" de alumnos y padres de familias que estan inconformes con el duro trato que se les da a sus angelitos. Con el alto desempleo en ese sector y los salarios de miseria que reciben la mayoria de ellos, es dificil imaginar un escenario donde tengan la capacidad de hacerse oir y respetar -como debe ser- por sus alumnos.

Y no solo eso, la labor del docente se ve truncada y su misión se ve pervertida. Yo subrayé a propósito la última parte del artículo porque esa es la ruina de la sociedad posmodernista: Todo el mundo tiene en su mente sus derechos pero ¿A ver? ¿Dónde quedan los deberes?

Todo el mundo pide amnistías y concesiones y garantías, pero ¿A ver? ¿A cambio de qué? ¿Ganándoselas como?

Como pueden ver, los futuros miembros de la sociedad se levantan con ese estilo de hacer las cosas.

cianuro de vida
11-05-2013, 18:57:03
las leyes protegen mas a los malos que a los buenos...esta es la realidad.

EricCartman
11-05-2013, 19:17:23
Q6-8NhDlI7w

PEDROELGRANDE
11-05-2013, 22:33:04
Estimado forista SpitfireII, gracias por traer a colación este tema del ambiente escolar en las instituciones educativas públicas y privadas.


No es de extrañar que la sociedad se vea reflejada en sus instituciones; en Colombia la salud es un desastre, la
seguridad, también, la educación, igual. etc.,etc.

Dominan en la vida escolar los parámetros de la "ley del menor esfuerzo", "el silencio", "sálvese quien pueda", la mediocridad, la banalidad y el acoso contra y entre todos los miembros de la comunidad educativa.

Ya habrá quienes alzarán el grito y dirán que no. Pero en gran medida esta gran variedad de problemáticas en la escuela se presentan por el cumplimiento que dan los gobernantes de turno a las exigencias (estándares académicos, administrativos y metas de cumplimiento socio económico) por parte de organismos multilaterales como el Banco Mundial y el FMI. Dentro de sus exigencias está el óptimizar el gasto público, demandando que de paso se "recorten" en gran medida las partidas presupuestales que contemplen el pago de personal docente y de apoyo logístico en la tarea educadora. Reducción de las nóminas, recortes de derechos adquiridos. En general medidas que atentan contra la calidad de vida de los trabajadores de la educación y por ende en perjuicio de la calidad de su labor, la cual se ve perseguida, excesivamente controlada y hasta ridiculizada.

La racionalidad efectivista del gasto lleva a la enajenación del ente educativo, al exigir mayor eficiencia del gasto Vs. calidad en la prestación del servicio. Esto es cierto dentro del contexto de la educación pública y no lo es en menor rango en el sector privado, en el cual la explotcaión del personal docente raya en el absurdo: licenciados a los cuales se contrata a destajo, por diez meses a los sumo, (depende del colegio, si es fifí, los sueldos son distintos, -pero son escuelas elitistas de alto pedigrí-), con jornadas extenuantes más de las 8 horas, cumpliendo como monitores de ruta, adicionalmente, en muchos casos, con la obligación de asistir a reuniones extra convocada por toda clase de jefes que están por encima del cuerpo docente, obligados y obligadas a asistir sin remuneración los sábados y hasta domingos y festivos a entrega de boletines, fiestas y otros...et. et. etc.

¿Se fijan porqué la terquedad de los ministros, ministras, secretarios, secretarias, de educación, en embutir 60 "peladitos" en un salón? La "racionalidad" en el gasto demanda más alumnos atendidos por menos maestros, y a eso que es en realidad cobertura educativa lo denominan eufemísticamente "calidad" de la educación; lo cual se convierte en una condena para los educadores ya que son evaluados por todos sus superiores como ningún otro profesional tanto en desempeño como en competencias para poder ascender en el llamado escalafón docente. Quien finalmente tenga la suerte de pasar las evaluaciones después de varios años de intentar un aumento en su sueldo, de pronto tiene que esperarse hasta que "haya la debida capacidad presupuestal" para tener el derecho de resolverle su debido aumento salarial.

La sola situación de asinameniento cosntituye una caldera, en la que se cuecen todos los demás problemas, baja atención personalizada, ambiente agresivo, cansancio mental, bajo rendimiento laboral por partre de los maestros, y académico por lo estudiantes, imperio de la "ley del más fuerte", la mediocridad, la "ley del menor esfuerzo", entre otros...

En fin tema de nunca acabar.

No que vah! Nada que ver con las medidas neoliberales y la privatización de la educación. Ese pedro es un izquierdoso con el que no vale la pena discutir.

Lord Mago
11-05-2013, 22:40:29
Lo dicho, nuestra cultura es campeona en exigir el cumplimiento inmediato e indiscutible de sus "derechos", pero nunca se reconocen los deberes, obligaciones y responsabilidades que como ciudadanos tenemos. :L


Pero como ya lo dijeron por acá y es muy cierto: la educación en Colombia es un desastre y es caldo de cultivo para éste tipo de situaciones.

SpitfireII
11-05-2013, 22:41:56
Pedro, he sabido de instituciones educativas de carácter público con salones de veinte alumnos. Yo mismo llegué a trabajar en una institución de estas; pero también he sabido de instituciones donde tener salones de cuarenta alumnos o hasta cincuenta es normal. He trabajado en una institución así y creame que es una pesadilla que deteriora la salud.

El objetivo de haber puesto esta columna como tema es mostrar que la labor también depende del ciudadano. No nos podemos quedar esperando a que el gobierno arregle escuela por escuela en el territorio nacional por multiples razones: Cada colegio tiene una razón social distinta, las poblaciones no son las mismas y las instituciones son muchas.

El individuo y las familias deben tomar parte activa de este cuento. Los ministros pues, para nadie es un secreto que no conocen siquiera la realidad de un aula de clase, pero eso no nos exime de educar en casa para el respeto a las normas y por vivir dignamente.

Lord Mago
11-05-2013, 22:46:46
De acuerdo con su último comentario Spitfire: Hoy en día muchos "padres de familia" cometen el error garrafal de descargar en los docentes y directivos de instituciones educativas, la responsabilidad de educar a sus hijos y de enseñarles y cimentar en ellos los valores, la ética y la moral para ser "ciudadanos de bien".

Hay cosas que DEBEN Y TIENEN QUE ENSEÑARSE DESDE EL HOGAR, y cuya responsabilidad recae única y exclusivamente en los padres de familia.

PEDROELGRANDE
11-05-2013, 22:59:04
Pedro, he sabido de instituciones educativas de carácter público con salones de veinte alumnos. Yo mismo llegué a trabajar en una institución de estas; pero también he sabido de instituciones donde tener salones de cuarenta alumnos o hasta cincuenta es normal. He trabajado en una institución así y creame que es una pesadilla que deteriora la salud.

El objetivo de haber puesto esta columna como tema es mostrar que la labor también depende del ciudadano. No nos podemos quedar esperando a que el gobierno arregle escuela por escuela en el territorio nacional por multiples razones: Cada colegio tiene una razón social distinta, las poblaciones no son las mismas y las instituciones son muchas.

El individuo y las familias deben tomar parte activa de este cuento. Los ministros pues, para nadie es un secreto que no conocen siquiera la realidad de un aula de clase, pero eso no nos exime de educar en casa para el respeto a las normas y por vivir dignamente.

Cierto.
Eso constituye desgreño administrativo; la corrupción en el ámbito educativo, campea.
Los directivos hacen de las suyas. No se cumple con el mandato constitucional; con la famosa Ley de la educación que ordena la participación de la comunidad en la "confección" del prepuesto de la institución. Quienes son "elegidos" en el Consejo directivo, son convidados de piedra en la mayoría de los casos, docentes amedrentados por el "coco" de la evaluación por parte de rectores y directivos docentes, padres de familia "aúlicos" de los rectores, muchísimas veces con intereses personales de poder e injerencia en el gasto a través de terceros, para hacer serrucho con los rectores, y estudiantes que ni mínimamente conocen sus derechos y mucho menos están interesados en defender los intereses de sus compañeros en la mesa directiva además por el acoso de rectores, coordinadores y hasta maestros y maestras. Como dice un forista, por acá, esos representantes en el máximo ente del gobierno escolar prefieren el "deje así más bien" en lugar de verse enfrentados a la burocracia estatal y la persecución de los directivos de la educación, padres y hasta maestros inescrupulosos.

Claro que en la familia es el primer ente socializador, pero en muchos casos ésta está más podrida, que la misma escuela...se advirtió que este tema es de nunca acabar....

Hannibal Lecter
12-05-2013, 16:08:12
Q6-8NhDlI7w




:) que Maravilla.

SlayerSlave
12-05-2013, 20:31:41
los padres creen que los maestros durante medio dia deben de suplir su papel y hacer de sus hijos buenos ciudadanos y por eso cuando el niño falla, la culpa es del maestro, pero y el padre...

! Master !
13-05-2013, 00:57:42
Es mejor educar al niño que castigar al hombre.

PEDROELGRANDE
13-05-2013, 09:07:53
Es mejor educar al niño que castigar al hombre.

Con el debido respeto te comento que esa máxima causó gran polémica entre pedagógos, y demás entendidos en el campo educativo.

Hace algún tiempo la frase apareció promocionada en grandes vallas por la Policía Nacional y también en distintos escenarios del ICBF.

El asunto es que si bien la educación es prospectiva, ya que entre otros asuntos se ocupa de la ética y de los valores, su afán no debe centrarse en un "modelo" fijo de la conducta. Es decir, muchas formas de ser que hoy son consideradas apenas normales o entran dentro de la referencia de la tolerancia, ayer eran condenables y formaban parte de la necesidad de la censura y sobre todo del castigo. Es necesario puntualizar que el ser humano y la sociedad no son estáticos; su naturaleza es flexible. Y es de su esencia el evolucionar pero también, el retroceso.

La máxima de Pitágoras, parte del principio de lo que es deseable para la sociedad. Sinembargo tomada en manos equivocadas hace honor a "modelos"educativos totalitarios que persiguen entronizar el comportamiento social dentro del marco de referencia de lo que es considerado como "correcto" o "normal" para alguien o para un grupo de personas.

Desde una mirada natural de la vida, sin condicionamientos mayores, en un ambiente donde prima el cariño si educamos a los niños y a los jóvenes en libertad (que no en el libertinaje comportamental, cosa que está sucediendo en la educación colombiana) es plausible cumplir con la educación preventiva que proponía el Filósofo.

En la siguiente respuesta incluyo una reflexión sobre el castigo que puede complementar esta mirada, desde e la experiencia de uin experto en educación infantil.

PEDROELGRANDE
13-05-2013, 09:37:42
LAhxxUYmBNo


El castigo es un método poco educativo
Armando Bastidas

http://thumbnails102.imagebam.com/25438/5d2f53254370924.jpg (http://www.imagebam.com/image/5d2f53254370924)*
El castigo forma parte de la educación desde hace mucho tiempo. En la televisión, por ejemplo, está tan normalizado que es habitual ver a los protagonistas de las series de televisión juveniles quedarse sin poder salir durante semanas por hacer tal o cual acción.
La gran mayoría de los adultos de hoy en día los hemos sufrido, a menudo por cosas que habíamos hecho sin querer, a menudo por cosas que ni siquiera habíamos hecho y a menudo por conductas que sí podrían considerarse inadecuadas.
Las razones de los castigos son tan dispares que muchas veces se viven como injustos y, si nos detenemos un poco a pensar en ello, podemos afirmar que los castigos son poco educativos y que pueden provocar consecuencias negativas.
Qué es un castigo
El castigo se podría definir como aquella acción realizada por una persona que provoca aversión o desagrado en otra y que tiene como finalidad eliminar o corregir una conducta o comportamiento molesto o inadecuado.
Los más frecuentes son:
El tiempo fuera: prohibir al niño permanecer en el lugar o contexto donde ha exhibido una conducta considerada molesta o inapropiada (enviarlo a dormir, a su habitación, a la silla de pensar,…).
La retirada de reforzadores o estímulos positivos: prohibir cosas que le gustan al niño (ver la TV, ir al parque, salir a jugar con los amigos, etc.)
El castigo físico: que, como ya hemos hablado a menudo, no tiene nada de educativo.

El castigo es aparentemente eficaz

http://thumbnails108.imagebam.com/25438/e56650254370918.jpg (http://www.imagebam.com/image/e56650254370918)
Es posible que la causa por la que el castigo permanece como herramienta educativa sea su aparente eficacia e inmediatez para controlar o detener el comportamiento inadecuado o quizás simplemente sigue vigente porque fuimos educados así y por lógica natural tendemos a actuar tal y como actuaron con nosotros.

En cualquier caso castigar a un niño no es la mejor manera de educarlo. Mediante el castigo, pese a que la conducta se extingue de manera puntual, la raíz del problema no se soluciona y son muchos los niños que, pese a haber sido castigados por una conducta, siguen haciéndola cuando pueden o cuando creen no ser vistos.
En otras palabras, los efectos del castigo son momentáneos. El castigo no provoca el desaprendizaje del comportamiento que se desea modificar ni ofrece una alternativa más adecuada y ello hace que la conducta tienda a repetirse.
Efectos secundarios del castigo
Emplear castigos como medida habitual de corrección provoca pérdida de confianza del niño hacia los padres o educadores, daña la autoestima del niño, que llega a desvalorizarse (sobretodo si piensa que no merece el castigo), se produce estrés, tensión y agresividad e incluso provoca el uso de la mentira o el engaño para evitar el castigo.
Muchos niños acaban distanciándose de sus padres y les “castigan” a ellos negándoles la comunicación y generando rabia y necesidad de venganza (no siempre consciente).
Muchos otros acaban perdiendo la espontaneidad y la creatividad (¿la niñez?) y se convierten en niños inseguros, temerosos y dependientes de la persona que lo castiga, pues evitan tomar decisiones que puedan ser erróneas y que puedan originar un nuevo castigo.

La importancia del día a día

http://thumbnails103.imagebam.com/25438/0ab8e2254370929.jpg (http://www.imagebam.com/image/0ab8e2254370929)

“Empezad la disciplina a temprana edad. Aclarad muy bien las reglas y reforzadlas de inmediato y con consistencia. Reforzad la obediencia con caricias y frases como: ¡Muy bien! ¡Qué bien lo has hecho! Y después de disciplinarlo, dile que le quieres y que lo haces por su propio bien”.
Estos consejos, que muchas personas aplaudirían, compartirían y verían necesarios para criar y educar a los niños, no provienen de un libro de educación para niños, sino de un Manual para entrenar al Doberman Pinscher (probablemente ya desfasado, pues incluso los consejos para educar a los perros pasan en la actualidad por evitar los castigos.
Con esto quiero decir que llevamos demasiados años educando a los niños como si fueran perros, es decir, buscando la obediencia ciega, el “que sepan quien manda”, el “ésta es mi casa y aquí mando yo” y el “que vean que la vida es dura”.
La diferencia es que la naturaleza de los perros es ser serviciales y obedientes, pero la de los niños es ser libres.
Los diferentes estilos de educación
En la educación autoritaria, esa que se dice ahora que deberíamos recuperar los padres, los niños no tienen ningún derecho.
En la educación permisiva, esa en que los padres dejan que sus hijos hagan literalmente “lo que quieran” (que ni siquiera recibiría el nombre de educación, pues no se está educando), el niño tiene todos los derechos.
En una educación más democrática, donde reina la comunicación y el respeto mutuo, los padres y los hijos comparten derechos.
El castigo entraría a formar parte de la llamada educación autoritaria y el objetivo debe ser educar a un hijo para que viva en libertad, pero sin cohartar la libertad de los que le rodean (“vive y deja vivir”).
Educar requiere paciencia y el trabajo de los padres o educadores debe ir encaminado, siempre que sea posible, a mostrar alternativas y elementos que inviten a reflexionar, no sólo sobre el comportamiento considerado inadecuado, sino también sobre las consecuencias que provoca en los demás.
La finalidad, a mi modo de ver, es que los niños sean personas responsables, autocríticas y autónomas pero con valores propios, es decir, siendo su modo de vivir auténtico, originado en sí mismo y no en la obediencia a un ser superior (los padres).
Como decía Piaget, “la autonomía sólo aparece con la reciprocidad, cuando el respeto mutuo es lo bastante fuerte como para hacer que el individuo sienta desde dentro el deseo de tratar a los demás como a él le gustaría que le trataran”. Por ello la lucha debe ir encaminada a crear esa autonomía en los niños.
Para conseguirlo es necesaria la vía del diálogo y la comunicación, el ejemplo continuo de los padres en el día a día y la exigencia apropiada, siempre con amor.
El castigo es “el camino rápido” para atajar un problema y su efecto sobre la conducta es temporal. Difícilmente logra erradicar una conducta negativa de manera duradera y tiende a distanciar a padres e hijos y a humillar a los segundos.

¿Y entonces no se puede castigar?

http://thumbnails104.imagebam.com/25438/be84a0254371587.jpg (http://www.imagebam.com/image/be84a0254371587)

Muchas personas defienden el castigo porque consideran que realmente hay actitudes que no se pueden tolerar y, si se repiten de modo insolente, el castigo es la única manera de hacer entender lo que es importante.
En cierto modo tienen razón, pero sólo de manera puntual. Las malas acciones, y sobretodo si las cometen los niños, suelen venir motivadas por un problema más crónico o duradero (se sienten infravalorados, necesitan más afecto, más tiempo con sus seres queridos, se aburren,…).
La travesura sólo es la punta del iceberg y el castigo, como hemos dicho, solo actúa sobre la parte más superficial.
Hay situaciones en que se entiende que es preciso detener una mala acción y hay lugares, como el colegio, en que hay muchos niños para un profesor. En este caso sería aceptable el castigo momentáneo como “medida de salvamento” y nunca como elemento educativo para a posteriori buscar la raíz del problema (aunque hecho de esta manera creo que no podemos llamarlo castigo, sino buscar detener una acción).
Muchos pensaréis que decir que en la escuela tampoco deberían castigar es permitir que los niños hagan lo que quieran. Nada más lejos de la realidad. Lo que trato de mostrar o explicar es que a los niños hay que educarles (sobretodo en casa) para que ellos mismos sean responsables de sus actos y personas autónomas que se respeten a sí mismas y respeten a los demás.
Las cosas caen por su propio peso y los mismos niños, cuando hay diálogo y comunicación, acaban por ver que sus actos tienen consecuencias (buenas o malas), se dan cuenta que la vida realmente no es un camino de rosas y ven que hay momentos en que podrían haber hecho caso a papá o mamá (y momentos en que habría sido mejor no hacerles caso).

Algunos ejemplos

http://thumbnails107.imagebam.com/25438/78d662254370935.jpg (http://www.imagebam.com/image/78d662254370935)

Si un niño pinta la pared con sus rotuladores podemos hacer que entienda que no debería haberlo hecho con un “ahora la pared está sucia porque la has pintado con el rotulador, habrá que limpiarla, si quieres te ayudo”. El hecho de limpiar ya ejerce la función educativa, pues el niño ve que su acto tiene una consecuencia (pared sucia) que debe ser reparada (limpiándola).
Si tira deliberadamente cosas al suelo, si desordena (o no ordena), el recogerlas hace la función educativa. En algún momento incluso puede echar en falta algo porque está desordenado. El niño verá así la consecuencia del “no ordenar”.
Si rompe sus juguetes porque está enfadado (o juega a romperlos) la consecuencia en sí ya supone un aprendizaje, pues los habrá roto y más tarde se dará cuenta de que no podrá jugar con ellos.
Con esto no quiero decir que haya que dejar que los rompa deliberadamente. Podemos detener la acción con un “si cuando te enfadas tratas así a los juguetes los tendré que guardar para que no se rompan” si lo consideramos oportuno.
Esta frase que parece un castigo o una amenaza es realmente una invitación a la reflexión para que el niño cree su propia regla. Si tira los juguetes serán retirados para que no se rompan, sin embargo, si los trata bien, podrá jugar con ellos tanto cuanto quiera. Él decide en todo momento cuándo puede empezar a tratarlos bien y comprende que las pertenencias propias también deben ser respetadas y que puede haber otras maneras de canalizar un enfado.
La intención, al fin y al cabo, es tratar que los niños sean felices, que los padres sean felices y que la relación entre padres e hijos sea la mejor posible. Es por ello que hay que tratar de utilizar métodos que no humillen, distancien o sean injustos para los niños (ni para los padres) y castigarles me temo que es no es uno de ellos.