Ha transcurrido un siglo desde que se produjo la explosión de Tunguska. Sin embargo, todavía quedan misterios por resolver sobre aquel devastador evento. ¿Cuántos objetos sobrevolaron la región? ¿Fue una explosión térmica o nuclear? ¿Se ha demostrado definitivamente la hipótesis de las naves extraterrestres? El experto Vladimir V. Rubtsov nos aclara numerosos aspectos de este fenómeno que arrasó miles de hectáreas de bosque en Siberia.

Una mañana de verano de 1997, los empleados de un laboratorio químico de un instituto de investigación científica situado en la ciudad siberiana de Omsk fueron a su trabajo como de costumbre. Al llegar descubrieron en el suelo el cuerpo sin vida de su director, el doctor Sergey Dozmorov. Poco antes del desgraciado incidente, Sergey había cumplido 36 años y era uno de los principales especialistas rusos en el análisis de tierras con elementos extraños. Estos elementos químicos (que también se conocen en química con el nombre de lantánidos –de lantano, el primer elemento de esta serie–) son muy importantes para la electrónica moderna, así como para la tecnología óptica y láser.


El instituto era secreto, ya que estaba implicado en proyectos de defensa de diversas clases. Así pues, como era de esperar, el laboratorio químico se vio inmediatamente invadido por expertos del Departamento de Investigación Criminal y autoridades del Servicio de Seguridad Federal. La situación les resultó bastante extraña: en aquel entonces en el instituto no había tareas urgentes que pudieran haber obligado al director del laboratorio a quedarse a trabajar por la noche. Sin embargo, la noche anterior, después de que sus colaboradores se hubieran marchado, Dozmorov se había quedado en el laboratorio. ¿Para qué? Y, sobre todo, ¿cómo murió?