Existen varios buzos en el mundo que son capaces de paralizar a los tiburones y llevarlos a un estado parecido a la hipnosis. Parece ser que el primero de ellos en descubrir este curioso fenómeno fue Andre Hartman que ante un ataque un tiburón descubrió con sorpresa que al tocarlo en una zona cercana a sus mandíbulas el tiburón quedaba inmóvil. En este vídeo se puede ver de forma detallada cómo se lleva a ese estado a un escualo. La explicación de los biólogos es que el hocico de los tiburones está plagado de terminaciones nerviosas. Estimular esta zona provoca en los animales una especie de trance, debido a la sobreestimulación, que los deja inmóviles durante unos quince minutos. Este estado sólo se ha observado en tiburones en libertad, y en algunas ocasiones, cuando están apareándose o cuando nadan de forma invertida. Los tiburones no son los únicos animales que experimentan este tipo de trances, investigadores han sido capaces de hipnotizar diferentes tipos de aves y reptiles.