Anecdota: en el 2006 unos amigos fueron a La Macarena. Despuès de seguir al pie de la letra todas las indicaciones sobre seguridad y respeto al entorno natural llegaron caminando por dos horas a Caño Cristales. Antes de mediodia llegaron dos helicopteros del ejercito, aterrizaron cerca a ellos y se encontraron con que lo que transportaban dichos ******os era las familias de dos rubicundos generales que sin ningùn pudor pusieron a toda la tropa a cortar leña y hacerles un sancochito de rio con traguito incluido. Por cuenta de las curvas de la hermana de uno de mis amigos los invitaron a unirse al festejo. Dieron las gracias, se negaron y salieron rapidito de ahì antes de que a los generales, ya chispones, se les antojara algo màs y pusieran a los soldados a conseguirselo a la fuerza.

Son excepciones, es claro, pero lo triste es que estas frutos podridos se dan silvestres por los altos mandos y no entre los soldados rasos que por lo menos tendrìan la excusa de su falta de educaciòn.