SYM Wolf 250
El nuevo motor de 250 cc es un monocilíndrico con 4 válvulas, refrigeración líquida y una eficaz inyección electrónica que consigue contener los consumos, según la marca, hasta 2´9 a los 100 en un uso mixto ciudad-carretera de montaña, algo que ya comprobaremos más exactamente en una futura prueba a fondo.
Declara 25 CV, lo que es una potencia buena y lógica para su segmento. Desde luego, el tacto de este motor se mostró progresivo, con un buen sobre régimen, con nervio suficiente para hacerte disfrutar en conducción sport pero con empuje y suavidad perfectos para rodar en ciudad y atascos.
El chasis es un simple doble cuna de acero, de noble comportamiento y con componentes básicos pero muy eficaces , (con tarados bastante más firmes e lo habitual en el segmento) la hora de rodar, como un buen basculante rectangular o amortiguaciones sin regulación, que se mostraron firmes durante la prueba.
Llaman la atención buenos detalles como la pinza radial de 4 pistones en el solitario disco delantero, latiguillos metálicos, maneta de freno regulable o el nuevo cuadro digital con indicador de marcha, doble parcializador, velocidad máxima alcanzada y muchos datos más.
La gran llave gira en el contacto, y el cuadro toma vida con luces e iluminación de la pantalla. Acaricias el botón de arranque e instantáneamente notas y escuchas el palpitar del monocilíndrico. La marcha entra suavemente y mientras sueltas el embrague, esta 250 comienza a impulsarte hacia delante progresivamente.
La posición es cómoda, con los manillares algo elevados sobre la tija y los pies apoyados a una altura razonable. El chasis de cuna central eleva algo el centro de gravedad lo que, junto a la posición de los puños, hace la Wolf muy ágil… incluso demasiado al principio hasta que te acostumbras. En ciudad esto es una delicia, y en zona de curvas- donde puedes disfrutar de lo lindo con esta moto- te ayuda a cambiar de dirección en zonas enlazadas sin sufrir problemas de estabilidad, gracias en parte también a sus relativamente modestas prestaciones puras. Puedes estirar el motor entre curvas para no perder empuje, y solo cambiando a “mala leche” logramos que se nos quedase en un falso punto muerto una vez.
El cuadro se cambia de pantalla por unos botones laterales, sistema clásico, y su diseño es algo antiguo pero eficaz. Todo se ve bien, y la escala de la gasolina o el indicador de marchas se distinguen sin problemas incluso con mucha luz ambiental.
Pues si buscas tu primera gran moto, aquí tienes una opción que deberías mirar con mucha atención. Ya está a la venta y la puedes comprar en blanco o negro por 3.499 euros… yo que tú iría a verla al concesionario más cercano.
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