Respuesta: Este mundo es satánico, y tu Espíritu está encadenado en este infierno. [Gnosis Primordia http://youtu.be/WSccpCh_Xo4
Extracto de la película El Abogado del Diablo
El juego Cósmico del Satanás Creador. Le da al hombre un cuerpo animal con instintos, con deseos de la carne, con deseos materiales. Pero al mismo tiempo lo cohíbe de realizar ciertos actos, le prohíbe dejarse llevar por los instintos mas básicos, reclamando que el hombre debe de ser un santo, como su dios es santo. Y el hombre intentando agradar a dios cae en la confusión de la materia, de la ilusión, intentando ser espiritual en un cuerpo material, un cuerpo que del polvo fue creado y al polvo volverá. Y el Espíritu que esta encadenado nunca se da cuenta del gran engaño, porque nunca tubo el valor y valentía de cuestionarse su existencia, su verdadero origen. Esta tan metido en la ilusión que vive y muere por ella.
El hombre no tiene un YO individual. Pero, en cambio, tiene cientos y miles de pequeños "yo", separados los unos de los otros; a menudo se desconocen los unos a los otros, no toman nunca contacto entre sí, o, por el contrario, son hostiles, exclusivistas e incomprensibles entre sí. Cada minuto, cada momento, el hombre dice o piensa en términos de "yo". Y cada vez se trata de un "yo" diferente. Ahora es un pensamiento, luego es un deseo; ahora una sensación, en seguida un nuevo pensamiento. Así sigue la ronda eternamente. El hombre es una pluralidad. Y su nombre es Legión.
En el hombre no hay una verdadera individualidad. El hombre no tiene un Gran YO, un YO singular. El hombre está dividido en una multitud de pequeños "yo".
Ni aún el más claro entendimiento de sus posibilidades llevará al hombre a su realización. A fin de poder realizar todo cuanto prometen estas posibilidades, el hombre tiene que sentir un poderoso deseo de liberación y estar dispuesto a sacrificarlo todo, a arriesgarlo todo, con tal de obtenerla.
Los hombres uno, dos y tres no pueden vivir conforme a los preceptos de Cristo porque a ellos sólo les "suceden" las cosas. Hoy son una cosa, mañana serán otra. Hoy están dispuestos a dar su última camisa y mañana serán capaces de destruir a quien se haya negado a darles a ellos su última camisa. Están siempre a merced de cualquier acontecimiento fortuito. No son amos de sí mismos, y en consecuencia no pueden decidirse a ser cristianos y a serlo verdaderamente. extracto de George Gurdjieff |