Curioso que sean las propias víctimas del conflicto las que más deseen que las negociaciones de La habana lleguen a feliz término y llamativo también que aún se crea que las conversaciones de paz implican que los que se sientan en la mesa son monjitas de la caridad.

También, entre los buenos amigos del foro que se rasgan las vestiduras y llenan de adjetivos los comentarios, olvidan que no solo los guerrilleros han cometido graves crímenes contra la humanidad; también los de este lado, los que representan al Estado los han causado.

Igualmente, que, como acostumbran la inmensa mayoría de colombianos, sólo ven el presente y olvidan el pasado siniestro de una casta dominante que ha hecho incontables matanzas a lo largo de la historia cada que la protesta popular ha germinado.

Muchas décadas de explotación, de miseria, de violencia marcaron este conflicto al que hoy se le quiere poner fin. Recuerden las barbaridades cometidas en la época de la violencia desde finales de los años cuarentas contra los campesinos durante la hegemonía conservadora.

Descubran cómo fuerzas oficiales lanzaban desde aviones a los guerrilleros liberales o a sus mujeres embarazdas les abrían el vientre, les sacaban el feto, les metían una gallina viva y las cosías. lean sobre los "cortes de franela". Investiguen sobre los "pájaros" en El Valle.

Demasiados horrores como las matanzas de Trujillo, para solo recordar uno de los horrores de épocas recientes. Claro que la guerrilla ha cometido crímenes injustificables, pero iguales o peores los han cometido los dueños del poder.

Esto es lo que se quiere terminar. Hubo un intento en Tlaxcala y dígase lo que se diga, y conste que las FARC no son santo de mi devoción, aceptaron ingresar a la vida política, con la desconfianza que era de esperarse y no les faltó razón.

El genocidio de la UP, incluyendo tres candidatos presidenciales de izquierda fueron la respuesta de los dueños del poder, de esta derecha agraria genocida, encabezada por Fedegán y Augura, que abortaron el proceso de paz del gobierno Betancur.

Crímenes y errores suman las dos partes que dialogan en Cuba y los colombianos tendemos a olvidar que en esta guerra todos somos culpables, por acción y por omisión. Por eso yo, personalmente, después del horror que ha padecido este país por décadas, quiero que estos feroces enemigos se den la mano y trabajen juntos en bien de todos los colombianos.