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Denunciante Dorado
 |  Al Assad reitera su reconocimiento a deposición de Mursi en Egipto
Calificación: de
5,00
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Se trata de la segunda ocasión en que el mandatario sirio, Bashar al Assad, celebra públicamente el derrocamiento de Mohamed Mursi. (Foto: Archivo)
El Presidente de Siria, Bashar al Assad, reincidió en elogiar públicamente el derrocamiento de Mohamed Mursi y la caída de la Hermandad Musulmana en Egipto.
“La identidad árabe ha regresado al camino correcto. Regresa tras la caída de la Hermandad Musulmana y después que han quedado al descubierto estas tendencias políticas que usan la religión para sus mezquinos intereses”, sostuvo el mandatario en una entrevista al diario Al-Baas.
Al Assad afirmó que gran parte de la violencia en Egipto se debe a los rebeldes de la Hermandad Musulmana, y los acusó de utilizar la religión con fines políticos.
"Los dirigentes de la Hermandad Musulmana y los que son como ellos se aprovechan de la religión y la usan como una máscara. Consideran que cuando no estás con ellos políticamente, entonces no estás con Dios", señaló.
Esta es la segunda ocasión en que el presidente sirio elogia públicamente la salida del poder de Mursi. El jueves pasado, celebró el derrocamiento como el fin del “Islam político”, a través del periódico Times de Israel. Igualmente declaró al rotativo que las acciones ejecutadas por la Hermandad Musulmana ayudaron al pueblo de Egipto a ver lo que ocurría a través de las “mentiras”.
En ese sentido, aseguró que en “cualquier parte del mundo, quien utiliza la religión para fines políticos o beneficiar a otros, caerá”.
Derrocamiento de Mohamed Mursi
El pasado miércoles, los militares egipcios depusieron de sus funciones al presidente Mohamed Mursi, miembro de la Hermandad Musulmana. Igualmente disolvieron el Parlamento y anularon la Constitución.
Esta acción respondió al fin del ultimátum de 48 horas que el Ejército dio al Gobierno de Mursi para que cumpliera las demandas de diversas manifestaciones que tenían lugar en el país.
La oposición, apoyada por los revolucionarios y los simpatizantes del antiguo régimen, señalaban que su proyecto político no había dado solución a la crisis económica que atraviesa el país, a través de los cortes de energía eléctrica, la escasez de gasolina, el incremento de los precios, y la caída del turismo.
Dos semanas antes de este derrocamiento, Mursi ordenó la ruptura definitiva de las relaciones entre Egipto y Siria, así como el cierre de la embajada siria en su país. Incluso, Mursi solicitó a la comunidad internacional “imponer una zona de exclusión aérea sobre Siria” con el fin de prestar ayuda a los grupos opositores de Siria.
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