Cada mes se publica al menos un nuevo libro sobre The Beatles. Sí; somos muchos los adictos que tenemos que poseer (y saber) todo-TODO sobre el grupo más importante de la historia del rock y la industria editorial se aprovecha de nuestra adicción. Pero también salen libros que uno recomendaría --con ardor-- a cualquiera que tenga curiosidad por la historia secreta del rock, aunque deteste a los Beatles.
Por ejemplo, "Brian Epstein", de Debbie Celler. Un libro de la rama editorial de la BBC que Discoplay ha traducido con prontitud y que vende a través del correo a razonable precio, unas 1.500 pesetas (está editado en tapa dura). Se trata de una biografía coral, donde se suceden las voces de unas treinta personas que trataron al manager de los Beatles. El propio Epstein aparece con fragmentos de su libro "A cellarfull of noise", sus (sinceras) entrevistas públicas y unos reveladores diarios íntimos.
Un delfín entre tiburones
Epstein reunía en su persona dos de las características habituales en algunos lanzadores de ídolos durante los años cincuenta y sesenta: en la industria británica y estadounidense, muchos cazatalentos eran judíos u homosexuales. Aparte de esas coincidencias, lo cierto es que Epstein no se parecía nada a esos depredadores, aptos en el usar y tirar carne fresca.
Aquí nos encontramos con una criatura atormentada, desgarrada por su vocación de actor y por la presión de su próspera familia, que esperaba se hiciera cargo de algunos de sus negocios en Liverpool. Epstein no tenía grandes facultades, pero llegó a ser admitido en la Real Academia de Arte Dramático, aunque renunció, tal vez a consecuencia de una detención en Londres (los agentes de policía se dedicaban entonces al infame deporte de atraer a homosexuales para luego echarles encima el peso de la ley). La familia, que también le respaldó cuando sufrió en Liverpool una paliza y, con el mismo protagonista, un intento de chantaje, insistió en que se "normalizara" haciéndose cargo de NEMS, la tienda de discos y electrodomésticos de los Epstein (el nombre lo heredaría luego el management de los Beatles).