¿Un coche que se alimenta de amoniaco?

Vino, bourbon y, ahora, amoniaco. Los designios del combustible alternativo son cada vez más inescrutables. Nuestro ‘verde’ protagonista hoy es un coche desarrollado por el Instituto de Estudios Energéticos de Corea (IKER) y que funciona con una mezcla de amoniaco y gasolina. Esta nueva tecnología permite reducir en un alto porcentaje las emisiones de CO2.

Hasta un 70 por ciento, concretamente, se disminuyen las emisiones de dioxido de carbono, las mayores culpables del efecto invernadero, con este combustible alternativo compuesto de una mezcla de amoniaco (70 por ciento) y gasolina (30 por ciento). Así lo confirma al menos el Ministerio surcoreano de Ciencia, Tecnologías de la Información y la Comunicación y Planificación Futura.

El amoniaco, un compuesto de nitrógeno e hidrógeno, no produce gases de efecto invernadero y se puede convertir en una adecuada alternativa respecto a otros vehículos de energía limpia ya que es más estable que los combustibles líquidos. Y es que la mayor ventaja en que cualquier vechículo puede adaptarse a este combustible sin muchos problemas.

La mayor traba en el camino es el precio, ya que el amoniaco es relativamente caro si se compara con otros compuestos, aunque el IKER ya está buscando la manera de reducir sus costes de producción. Que este proyecto se quede en mero experimento o se implante de forma real depende de ello: la respuesta nos la dará el tiempo.