Por Dante Rivas
Con gran honor hemos representado a nuestra patria en la Cumbre Mercosur del Ambiente en Montevideo.
Fuimos a cumplir una misión concreta: convocar a trabajar duro para instalar una mayor conciencia ambiental, el ecosocialismo, remarcando que no es justamente con el modelo desarrollista intrínseco en el capitalismo que lo vamos a lograr, ya que este destroza tanto a la naturaleza como al hombre que es parte de ella.
Lo que nosotros propusimos con determinación bolivariana es la adopción del ecosocialismo como filosofía ambiental opuesta a la destrucción, la deforestación asesina, la contaminación del agua dulce, lagos, lagunas y mares.
Abanderamos la Revolución verde, movimiento sincero, llano, práctico de entender la vida por una mejor vida.
Repetimos aquella historia de nuestro Comandante inmortal, cuando se alzó contra la creación del ALCA evitando una entrega, una rendición vergonzante de nuestras naciones.
Hoy con el ambiente ocurre lo mismo.
Está visto que no alcanzan las grandes cumbres como la de Río. No debemos esperar otros 20 años para darnos cuenta de que tenemos un escenario institucional que pretende convertir a la naturaleza en una mercancía.
Duele ver que los asuntos ambientales hayan sido permeados por la agenda económica del “primer mundo” en crisis.
Quedó claro que la política ambiental multilateral debe ser cambiada radicalmente y no basada en orientaciones emanadas por los monstruos invasores del siglo XX como el FMI.
Cuando volvíamos y repasábamos los documentos de la cumbre, los comentarios privados de nuestros colegas y de la prensa, sonreíamos pensando que habíamos logrado que la espada ambiental liberadora de Bolívar ya esté recorriendo la América Latina.
Fuente: bit ly/12nlifq