Un teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea norteamericana dio a conocer inquietantes detalles sobre lo que fue su encuentro con seres extraterrestres, en un lago de San Juan de Terranova, Canadá, hacia la década de 1950, mientras cumplía servicios en un proyecto destinado a desmentir informes sobre el avistamiento de objetos voladores no identificados. El por entonces oficial Richard French, según relató, nunca imaginó lo que iría a suceder aquel día, cuando acudió al llamado de sus superiores dentro del programa denominado Proyecto Libro Azul, con la misión de investigar las denuncias sobre el avistamiento de dos ovnis en cercanías de un lago. Irónicamente, muy lejos de poder desmentir cualquier informe, al arribar hasta el lugar de la escena se encontró con un centenar de testigos, entre los que se incluían policías locales, observando el agua tan atónitamente como él: allí, a unos cuantos metros de la costa, se podían ver claramente dos naves de forma esférica, con un diámetro aproximado a los 5 metros y medio, flotando apenas por debajo de la superficie del agua. Pero eso no era todo. Sobre los márgenes de una de las naves se encontraban dos criaturas de contextura más bien pequeña y color gris claro, delgados, de brazos largos, abocados a lo que, según contó el ex militar, parecía ser una maniobra de reparación mecánica. Tras algunos momentos, una de las esferas salió hasta la superficie y se perdió en el horizonte para regresar unos 20 minutos más tarde. Tan pronto regresó, volvió a partir, esta vez definitivamente y en compañía de la segunda nave.