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¿Es serio el problema de la caída de meteoritos en la Luna? Rusia y otros países prevén construir bases permanentes sobre la superficie del satélite terrestre. Aunque las agencias espaciales prefieren pasar por alto las amenazas que pueden afrontas allí los seres humanos, la potente colisión de un meteorito en la Luna que se produjo recientemente sacó a la luz pública este problema.
El pasado 17 de marzo, un meteorito impactó contra la superficie de la Luna. La colisión causó una explosión que pudo verse desde la Tierra, porque el impacto brilló con la intensidad de una estrella. Pero la agencia espacial de Estados Unidos (NASA) y posteriormente otras fuentes informaron sobre este impacto sólo hace poco. Según los científicos, el meteorito pesaba unos 40 kilógramos y medía hasta 50 centímetros de diámetro. Su velocidad era superior a los 25 kilómetros por segundo. El impacto fue equivalente a la explosión de 5 toneladas de TNT y pudo abrir un cráter de 20 metros de diámetro.
Es el fragmento de un asteroide más grande de los casi trescientos cuyos impactos fueron registrados en el marco del programa Lunar Impact Monitoring, lanzado en 2005 para detectar las lluvias de meteoros cuyas órbitas cruzan la órbita de la Tierra. Se puede imaginar las consecuencias de un hipotético impacto de un asteroide de unos 40 kilógramos de peso contra un módulo habitable. No se debe olvidar que la velocidad del meteorito no se reducirá, porque la Luna no posee atmósfera que pudiera frenarlo.
Toda la Luna está cubierta de cráteres, pero la probabilidad de que un objeto de gran tamaño impacte contra un lugar concreto es mínima, opina Vladimir Surdin, docente de la sección de astronomía de la Facultad de Física de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú:
–Esto no representará un serio peligro para los cosmonáutas que estén en la superficie de la Luna. Los meteoritos de dimensiones tan grandes se encuentran muy raramente. Es poco probable que tal objeto impacte contra una estación o un cosmonáuta en la Luna. Esto puede ocurrir una vez cada varios milenios.
La mayor amenaza proviene de fragmentos más pequeños. En caso de caer a la Tierra, se dispersarán en la atmósfera, mientras que impactarán contra la superficie la Luna. Tales fragmentos pueden dañar el equipo o escafandra y el cosmonáuta se morirá por asfixia. Afortunadamente, esto no pasó durante las misiones lunares de las naves Apolo en los años sesenta y setenta, agrega el experto:
–En general, los cosmonáutas permanecieron en la Luna durante una semana y media, pero no recibieron daños del impacto de meteoritos. Pero en caso de que se construya una base permanente sobre el satélite terrestre, sería mejor que se ubique bajo el suelo, es decir, una capa de dos o tres metros que la proteja de impactos hipotéticos de pequeños fragmentos de asteroides. Tal impacto se producirá sin duda alguna al menos una vez durante varios años. No es difícil construir tal estación en la Luna. El suelo lunar se cava fácilmente, además de la poca gravedad.
Los organizadores de las misiones a la Luna y a Marte deben tener en cuenta este peligro, opina el jefe de sección de física del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, Oleg Malkov:
–En este sentido, Marte ocupa una posición intermedia entre la Luna y la Tierra. Por un lado, a diferencia de la Luna, tiene atmosfera pero ésta no es tan densa como la de la Tierra. Además, Marte ocupa una posición intermedia en lo que se refiere al peso. El planeta rojo atrae menos asteroides que la Tierra, pero más que la Luna. Marte se ubica más cerca del llamado cinturón de asteroides que es el mayor suministrador de fragmentos de meteoritos en el Sistema Solar.
Los cráteres formados por la caída de meteoritos en la Luna abren agujeron profundos en el suelo, en los que se puede encontrar muestras geológicas muy interesantes. Se debería construir bases cerca de tales lugares, agrega Vladimir Surdin. Los satélites lunares pueden determinar las coordenadas de estos cráteres.
Los científicos estudian un fenómeno más. El impacto del asteroide contra la Luna coincidió con una caída de meteoritos a la Tierra. Los fragmentos de asteroides eran grandes y alcanzaban las capas inferiores de la atmósfera. No se trata de una lluvia de meteoritos común y corriente. Según una de las versiones, la Tierra y la Luna pasan de vez en cuando por un espacio donde se acumulan muchos fragmentos originados por el cinturón de asteróides.
Borís Pavlíschev