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 |  Momentos Inolvidables - Deportes - El Tigre que rugió en el Atanasio y coronó campeón a América
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A partir de 1990, se inició una seguidilla de tres años en que ambos equipos hicieron el tándem de campeón y subcampeón, y posteriormente se intercalaron para culminar la década cada uno con tres títulos: 1990, 1992 y 1997 para América, y 1991, 1994 y 1999 para Nacional. Precisamente la última de estas estrellas se había definido en una dramática tanda de penales que los había enfrentado una vez más. Por tal razón, que se volvieran a encontrar en una final en 2002, era la gran oportunidad para que América cobrara revancha.
Los ‘diablos rojos’ venían de lograr un bicampeonato al ganar en 2000 y 2001, y buscaban un tercer título consecutivode la mano de Jaime De la Pava, quien de paso tenía acordado que no continuaría en el equipo al finalizar el torneo. Nacional particularmente, había tenido pobres campañas en esos dos últimos años y su hinchada ya presionaba desesperadamente por una final.
La Dimayor estrenaba por esos días un nuevo diseño de campeonato con la entrega de dos estrellas anuales, algo que funciona hasta el día de hoy. El torneo eso sí, era un poco más complejo (o enredado según el criterio del lector), ya que antes de la ronda de Todos Contra Todos se jugaban tres hexagonales regionales a cinco fechas sin un propósito distinto a ir sumando puntos en la Reclasificación. Finalmente, los ocho primeros de esta tabla general, integraban los dos tradicionales cuadrangulares.
Mientras que para Nacional, los cuadrangulares semifinales sirvieron para ratificar la regularidad que tuvo durante el año (finalizó tercero en la Reclasificación), para América eran el inicio de una curva ascendente milagrosa que nació irónicamente con un triunfo en Medellín ante el ‘verde’ antioqueño en la última fecha del Finalización, resultado que le significó la entrada como octavo clasificado.
El partido de ida en Cali se jugó el domingo 16 de junio y había dejado un resultado que le favorecia al América gracias a los dos goles que marcó Jairo el ‘Tigre’ Castillo, uno de ellos, a cinco minutos del final cuando el ‘profe’ Luis Fernando Montoya se la había jugado toda por el empate con dos cambios defensivos. Por Nacional se había adelantado inicialmente Iván ‘Champeta’ Velásquez en un partido que De la Pava tuvo que dirigir con la ausencia forzada de tres de sus principales figuras del año: Fabián Vargas, Edison Mafla y Julián Vásquez.
Con la ventaja de un gol, los ‘diablos rojos’ viajaban a Medellín para buscar un resultado que les permitiera colgar la estrella doce en su escudo el miércoles 19, mientras que los ‘verdolagas’ querían revertir el marcador parcial adverso ante su público, esta vez dejando en el banco a un Faustino Asprilla que no había brillado lo que se esperaba en el juego de ida. Los que sí se encontraban en el mejor momentos de sus carreras deportivas eran Óscar ‘Chico’ Restrepo y Freddy Grisales. 
El partido no fue de seguro el más vistoso, pero entregó un duelo digno de final. Un juego cerrado, con mucha presión y una tensión creciente que fue consumiendo los nervios de los más de 40.000 asistentes que veían como Nacional proponía las acciones de juego pero no encontraba el camino para acercarse al gol y conforme pasaba el tiempo, empezaba a abrir espacios para que América contragolpeara.
Montoya decidió darle ingreso a Asprilla para la segunda etapa, de modo que el delantero, que había regresado al país a principio de año como gran refuerzo ‘verdolaga’ tras su periplo de 10 años en el extranjero, formó junto con Jorge Agudelo y ‘Champeta’ un tridente en la delantera. Era el todo por el todo.
Las cosas siguieron sin funcionar para Nacional, mientras que los rojos de Cali, con sus dos grandes delanteros del momento, Vásquez y Castillo, empezaban a cocinar el momento de gloria con una pared que por poco se materializaba en peligro inminente de gol al minuto 23.
La noche se pintaba escarlata, pues tan sólo un minuto después, William Zapata enviaba un pase por el costado derecho a Vásquez y éste, en una carrera por el borde derecho del área avanzaba para enviar un centro preciso a Castillo, que tomándose el tiempo para pararla, definía entre las piernas del arquero Milton Patiño. Todo estaba liquidado así quedaran más de 20 minutos, de ahí que el resto del partido transcurriera en una cuenta regresiva para que los rojos subieran al podio.
El Atanasio Girardot enmudeció de cuenta de un Jairo Castillo que se colgó un título con tres goles anotados en la final y quedó inscrito para siempre en la memoria de ambas hinchadas: en una, por la alegría que le entregó al brindarle una vuelta olímpica en el patio de uno de sus rivales más feroces, y en la otra, por ese particular dolor de ver cómo ese jugador, el más resistido, el visto como el gran enemigo, les celebraba un gol de título en su propia casa. Como detalle particular, cabe anotar que los tres títulos consecutivos conseguidos por América establecieron una racha que hasta el día de hoy no se ha repetido en el fútbol colombiano (el mismo club ostenta también el único pentacampeonato de la historia).
Además del técnico Jaime De la Pava, los jugadores Luis Barbat, Fabián Vargas, David Ferreira, Foad Maziri, William Zapata y Ruben Bustos estuvieron presentes en el tricampeonato. Y como si de cábala se tratara, América celebraba por cuarta vez un título un día 19, sólo que en esta ocasión, en junio.
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Última edición por EL*BARTO; 20-05-2013 a las 10:38:09
Razón: incrustar video
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