Según la lógica de los enemigos de las conversaciones de paz, no puede haber proceso porque los enemigos son asesinos, narcotraficantes, terroristas, etc. La pregunta es, ¿la paz se hace con las monjitas de la caridad? Es apenas obvio que los que están sentados no tienen méritos para ser llevados a los altares como la Madre Laura y por eso es que se hace la paz, para que los actos del pasado y el presente jamás se vuelvan a presentar en el futuro. Y es obvio también que los que están sentados han cometido crímenes y como se está conversando en medio de la guerra, también es obvio que mientras se conversa caigan víctimas de ambos bandos.

Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver y no importa que se pongan en riesgo vidas humanas, empezando por los miembros de una comisión humanitaria de la Cruz Roja Internacional y se le pongan palos a la rueda del proceso de paz. Lo que importa para los guerristas es que la única forma de hacer la paz es a punta de plomo, es decir, la pax romana, que no es otra que la paz de las tumbas