 Respuesta: 'Tenemos intenciones de ir por la Presidencia': Guillermo Asprilla
Simboliza la rebeldía de la clase política ante la posibilidad de que se concrete un proyecto de izquierda legitimado en las urnas. Es la resistencia a aceptar que la izquierda pueda gobernar cuando ha sido elegida democráticamente. Eso es lo que simboliza esa revocatoria. La hubieran hecho pasara lo que pasara, simplemente están decididos a que un gobierno de izquierda no puede tener espacio en Colombia.
Pero hay quienes la impulsan porque consideran que las cosas van mal en Bogotá y acuden a esa figura de la Constitución de 1991...
Esos ciudadanos no son los que toman la decisión de meterse en ese proyecto tan complejo y caro. Los que la organizan son los voceros de la política tradicional, que se enfrentan a que haya un gobierno de izquierda y temen que –si este gobierno tiene éxito– podamos dar el salto hacia la Presidencia.
¿Ustedes buscan eso?
Somos un proyecto para transformar el país. Bogotá es el primer paso, nuestra meta es Colombia y América. Tenemos un proyecto continental de cambio.
¿Tienen las intenciones de llegar a la Presidencia?
Claro, por supuesto. Debemos trabajar por dirigir este país desde la Presidencia.
Tal y como van las cosas en Bogotá, ¿cree que la gente puede darles el voto para llegar a la Casa de Nariño?
Depende de los resultados de la gestión de la Alcaldía. Si tienen éxito quienes quieren que Petro salga antes de terminar su período, el panorama para un proyecto de izquierda se vuelve oscuro.
¿En qué terminará la revocatoria?
Vamos a triunfar, pero tiene un costo y serán los tiempos y esfuerzos que hay que dedicar a esto y que se le quitan a las tareas del gobierno.
Es decir, se pondrán en campaña política…
Es necesario. Y no es que queramos, sino que la Alcaldía tiene la obligación legal de defenderse.
¿Qué piensa de Petro?
Tiene unos desafíos que son de unas dimensiones superiores a las que nos imaginamos. Han surgido obstáculos que no previmos, pero Petro tiene la audacia de atreverse a transformar. Han surgido obstáculos en el camino que nosotros no previmos. La resistencia interna, por ejemplo.
¿Y a qué se refiere con eso?
A la 'operación tortuga' de funcionarios que venían de las administraciones pasadas, al cercamiento de los funcionarios de los órganos de control, a una serie de dificultades que no previmos y que no eran vistas por nosotros como algo de lo cual había que ocuparse en la labor del gobierno. Hoy se constituyen en un gran desgaste en tiempos y en esfuerzos.
¿Pero será que el Alcalde no cuenta con un gabinete estable y preparado para los desafíos?
Construir un equipo es un tema de ensayo y error, y más en nosotros que no hemos estado en gobiernos de este nivel de complejidad. Se ha ido conformando un grupo que cada vez conoce mejor el ejercicio de sus labores. A veces, una persona puede ser muy competente en la empresa privada, pero en la administración pública puede ser un absoluto fracaso por no tener un manejo de la normatividad y de lo que se llama la cosa política.
¿Usted cree que Petro alcanza a terminar su mandato?
Hay muchos interesados en que eso no sea así y van a hacer hasta lo imposible para que Petro no termine, van a maximizar la posibilidad de que los organismos de control terminen con la Alcaldía de Petro antes del período constitucional, y por cualquier razón. Van a financiar hasta donde sea necesario el proyecto de la revocatoria.
¿Qué aciertos y desaciertos considera que ha tenido esta Administración?
Un gran acierto es la recuperación del servicio de aseo por parte del Estado, la creación de un ente público y la supresión de la posibilidad de que se estableciera un oligopolio. También está la seguridad, donde tuve directa influencia, con avances históricos y reconocidos en el mundo. En esto hay que destacar el trabajo del general Martínez. Cambiamos la historia del ‘Bronx’: somos implacables con la mafia y le tendemos la mano a los drogodependientes. Pero considero que tuvimos dificultades en la relación con el Concejo y no logramos que le diera a la ciudad los medios de financiación para realizarlas obras claves. Ese es un sinsabor.
¿Pero no cree que en el nuevo esquema de basuras se cometieron errores graves, visibles para los ciudadanos?
Hubo errores operativos, que tuvieron que ver con los tiempos de adquisición de los compactadores y con lo que sucedió con el alquiler. Haciendo un balance de costos y beneficios, esos errores –costosos ante la opinión pública– permitieron solucionar problemas que hubieran tenido un mayor costo.
El servicio de los operadores privados de aseo, antes del 18 de diciembre (cuando se puso en marcha el nuevo modelo), no era bueno. Yo lo viví acá en el centro. La carrera 9 con calle 12 era todos los días un muladar en la noche y hoy esa situación está resuelta porque la zona está operada por Aguas Bogotá.
Se habla del papel de su hermana Selma en decisiones del Distrito y, sobretodo, en el tema de las basuras...
Ella fue objeto de un linchamiento por ser mi hermana. Es una mujer inteligente, activa, y no tuvo un papel determinante en lo de las basuras.
¿Cómo define al Concejo?
Es una corporación diversa, en la cual, lamentablemente, se ha ido conformando una cultura negativa. Hay concejales serios y respetuosos, y hay otros que no lo son, como Jorge Durán Silva y Orlando Parada. Hoy, en el Concejo hay abuso del control político, está desaforado, y se ha banalizado. Hay concejales a quienes no les importa que se hundan los proyectos, como los cables de Ciudad Bolívar o San Cristóbal, con tal de perjudicar a Petro. Tiene que haber un límite en esa confrontación y buscar acuerdos en beneficio de Bogotá. También se debe recuperar la respetabilidad de las sesiones.
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