Los contribuyentes de la capital cumplen con los impuestos.
Que 64.000 contribuyentes hayan madrugado este año a pagar 43.000 millones de pesos por concepto de impuesto predial –dos meses antes de que les llegara el formulario de cobro del Distrito– habla bien de la cultura tributaria de la capital.
Para el director de Impuestos de Bogotá (DIB), Fernando Augusto Medina, lo mejor es que, al analizar el consolidado de pago anual de los principales tributos de la ciudad, el 88 por ciento de los contribuyentes tiene la rutina de pagar oportunamente sus obligaciones.
Así lo demuestran los registros de pago de los últimos seis años. En el 2012, por ejemplo, solo se contabilizaron al corte de final de año 20.295 contribuyentes morosos en el pago del impuesto predial, mientras que 2’279.295 pagaron su obligación dentro de las fechas de vencimiento.
De hecho, 986.259 lo hicieron en el primer plazo, en el que se otorga un descuento del 10 por ciento. Lo mismo ocurrió con los propietarios que tienen matriculado su carro en Bogotá. En el 2012 se reportó mora de 1.299, pero pagaron a tiempo 1’453.461 (ver gráfico). “Bogotá tiene una ciudadanía tremendamente responsable y comprometida con la ciudad”, afirmó Henry Murraín, experto en cultura ciudadana, que desde hace más de una década le mide el pulso al comportamiento de los bogotanos frente a la capital.
Y no es que los escándalos de corrupción no hayan hecho mella en la confianza de los bogotanos. La Secretaría de Hacienda ha sentido en sus encuestas de percepción la cuenta de cobro.
“Ellos trasladan su malestar al calificar a la dirección de impuestos”, reconoció Medina, que, no obstante, advirtió que las cifras demuestran que, al final, los bogotanos siguen pagando a tiempo. “Cuando se mira el cumplimiento en general, uno ve que la ciudadanía, a pesar de los problemas, sigue apostándole al futuro de la ciudad, y lo refrenda con el pago de sus impuestos”, explicó Medina.
Esa cultura de pago, añadió Murraín, es la que le cambió la cara a Bogotá y le permitió construir grandes obras, como los megacolegios y las megabibliotecas.
Y aunque el director de Impuestos reconoció que en el buen comportamiento influye el descuento por pronto pago, que este año les ahorrará a los contribuyentes de predial 150.000 millones de pesos, Murraín fue enfático al advertir que esa cultura “se fundamenta en la fe pública y en la confianza de los ciudadanos en la Administración”.
Una confianza que se minó en el último año de gobierno del alcalde Samuel Moreno, por el escándalo del ‘carrusel’ de la contratación, y que recibió como herencia Gustavo Petro. “Esa cultura tributaria tan juiciosa y disciplinada de los bogotanos se puede perder si persiste la sensación de falta de planeación y desorden en la ciudad”, dijo Murraín.
En su concepto, la incertidumbre por el cobro de valorización que está viviendo Bogotá puede empezar a minar la cultura ciudadana que se ha construido.
REDACCIÓN BOGOTÁ