, 10:15:43
|
#1 |
Denunciante Bronce
 |  Adriano, el Emperador caído
Calificación: de
5,00
 | 
La historia de Adriano Leite es un viaje intermitente de la opulencia a la nada, del reconocimiento al olvido. Los ascensos y caídas constantes de un genial delantero que estaba llamado a ser el sucesor de Ronaldo. Adriano encandiló a media Italia y prometió liderar a Brasil antes de perderse en las sombras de una vida personal que, como su carrera, está plagada de idas y venidas y escándalos salpicados con alcohol.
Un año en el Flamengo, en la temporada 2000-2001, le bastó para llamar la atención del Inter de Milán, que lo cedió a la Fiorentina en su primer año en el ‘Calcio’. Una campaña en Florencia y las dos siguientes en el Parma, con 32 goles en total, terminaron de convencer al conjunto “neroazzurro”, que se benefició entre 2004 y 2006 del efímero punto álgido de su trayectoria deportiva. San Siro propició, efectivamente, una momentánea tranquilidad que reverdeció las enormes cualidades físicas y técnicas de un jugador que se ganó el apelativo de ‘El Emperador’ mientras impulsaba a su equipo a la conquista de tres ligas consecutivas, en dos de ellas como la gran figura del equipo.
Eran los tiempos dorados de un futbolista que se presentaba a Brasil y al planeta como el goleador del futuro en la Copa América de Perú, en 2004; y la Copa Confederaciones de Alemania, en 2005. Campeón en ambas, alcanzó su cénit siendo, en sendas citas, el máximo realizador y el mejor jugador del torneo. La cumbre alcanzada marcó, sin embargo, el declive personal del brasileño, que nunca más levantó la cabeza.
La noche de Milán fue el principio del fin para un Adriano, borracho de fama y éxito, que en los años siguientes fue más recordado en la ciudad por sus escándalos nocturnos que por su juego. Distintas peleas de bar, como la protagonizada en una discoteca con Rolando Howell, jugador de baloncesto del Varese; llegar al entrenamiento borracho; o su indisciplina y sus problemas con el alcohol, le obligaron a tener que buscarse la vida, siempre con el mismo resultado, lejos del Inter; primero en el Sao Paulo, y después en la Roma, el Corinthians y el Flamengo.
De sus años en la capital italiana y su país natal apenas se guardan alusiones a lo visto en el césped, salvo el alarmante sobrepeso mostrado, y sí del desmoronamiento personal que provocó una profunda depresión tras la ruptura con su pareja, que le llevó a abanadonar el fútbol en 2009 e incluso le hizo pensar en el suicidio.
Fotografiado con un fusil junto a un narcotraficante de la favela en la que se crió; o condenado en 2011 a indemnizar a una chica de 20 años por un disparo “accidental” en su mano; de Adriano sólo queda su tímida reminiscencia mientras cae en el olvido en el Flamengo, sin ficha y apartado del equipo.
|
|   |