Tras la muerte de Hugo Chávez, familiares del expresidente mantienen el poder en el país.
Elena Frías se desplomó sobre la caja de madera que contenía los restos de su hijo y empezó a llorar. Sus piernas no aguantaron su cuerpo menudo y de rasgos toscos, el de una mujer criada en los campos llaneros de Barinas. La emoción de las horas más tristes de su vida se sumaron al dolor de 21 meses de lucha contra el cáncer que se juramentó para acabar con su travieso Huguito.
Raúl Castro le tomaba la mano, conversaba con ella y le prestaba el pañuelo. Mahmud Ahmadinejad la tranquilizaba con ayuda de un traductor. Dilma Rousseff comprendía su dolor, nada más antinatural que despedir a un hijo. Inconsolable. Y cuando los principales colaboradores del Comandante golpista depositaron el viernes la espada de Bolívar sobre su féretro durante el funeral de Estado, la mujer se tapó la cara con un pañuelo. Ni siquiera las ovaciones del pueblo que esperó horas para despedirse del ya bautizado por el chavismo como el 'Cristo de los Pobres' aliviaron trago tan amargo.
La tarde en que murió el 'Comandante del amor', como ella misma le llamó tantas veces, estaba en misa en Barinas. Elena Frías rezaba junto a un grupo de amigas por un milagro en el que siempre creyó y por el que se enfrentó durante los últimos días con sus nietas Rosa Virginia y María Gabriela. Mujer de profundas creencias, se negaba a la desconexión de la respiración asistida que mantenía a su hijo. El dolor de la madre cautivó al país hasta convertir a Elena en el espejo de la tragedia nacional.
La matriarca de la Familia Real de Barinas, observada siempre con distancia, se ganó el corazón de millones de simpatizantes de su hijo. Una tarea que parecía imposible tras las críticas por sus ostentaciones (ropa de marca, joyas) y por sus cirugías estéticas.
La madre de los seis hermanos Chávez mantenía un perfil muy bajo desde que su marido abandonó la Gobernación de Barinas en 2008. Rodeado por sus hijos, por sus padres, por sus hermanos... La familia unida en el momento del dolor. Y una pregunta que revoloteaba en el oficialismo: ¿Se mantendrá la Familia Real en el trono del poder político venezolano tras la partida de Hugo? La Familia Real conforma uno de los círculos más influyentes de la Venezuela Revolucionaria.
Por algo el presidente los tenía a casi todos a su alrededor: un ministro (ahora vicepresidente), un gobernador, un alcalde, dos viceministros, el encargado del convenio de sanidad con Cuba, el vicepresidente de un banco, el presidente de un equipo de fútbol y el director de una fundación. ¿María Gabriela, la hija sucesora? La enfermedad no solo acabó con su vida, también con uno de sus sueños. Durante mucho tiempo, Hugo Chávez acarició la idea de que más allá del 2021, su hija María Gabriela sería su sucesora. Convertida en primera dama tras el segundo divorcio de su padre, bautizada por Joaquín Sabina como "la niña del presidente", a Chávez se le escapó una declaración de intenciones: quería que una mujer le sucediera.
Su romance revolucionario con el nieto de Salvador Allende y las lecciones políticas de Fidel Castro ("Ella ya tiene varias horas de vuelo de conversaciones con Fidel", desveló su madre) parecían prepararla para mayores retos. María Gabriela, como cualquier joven, simultaneaba la compañía de su padre con las fiestas con el piloto de Fórmula 1 Pastor Maldonado y con la farándula local. Durante los casi dos años de enfermedad, no se separó de su padre.
"Se me fue la vida. Se me fue mi alma. Se me fue mi todo. Gracias por tanto, mi gigante. Mi amor eterno. ¡Mi compañero de siempre y para siempre! Te amo", escribió a modo de despedida en su Twitter. Rosa Virginia, la primogénita de Chávez, también soportó el huracán emocional entre idas y venidas a Cuba. Siempre junto con su padre, siempre sonriéndole, con sus hijos jugueteando en torno a su abuelo, como ha demostrado el álbum familiar que unos 'hackers' robaron de su iPad. Su papel en el futuro es mucho más destacado de lo que pareciera tras un primer vistazo. Porque si Nicolás Maduro es el primer heredero de Chávez, el ministro Jorge Arreaza (39 años) ya es el "hijo político" favorito del Comandante.
El yerno del líder, casado con Rosa Virginia, es el hombre emergente del chavismo, su jugador franquicia. Una herencia ganada a pulso durante las distintas convalecencias en Cuba desde junio de 2011. Así lo confirma la histórica fotografía en el Balcón del Pueblo, en uno de los regresos desde La Habana, cuando decidió cambiar el lema "Patria, socialismo y muerte" por "Para vivir viviendo". En Venezuela el cáncer cambió hasta las consignas políticas. La meteórica carrera de Arreaza se disparó nada más aterrizar en la familia presidencial en 2007. Pronto fue nombrado viceministro, saltando a la titularidad de Ciencia y Tecnología en 2010.
Tan arriba y tan rápido, Arreaza participó en las negociaciones de la cúpula chavista para conformar la hoja de ruta del oficialismo, el conocido como Pacto de la Habana. La gloria política le alcanzó el mismo día del funeral de su suegro, al ser elegido por Maduro como su nuevo vicepresidente ejecutivo. A pocos centímetros del cuerpo yaciente, Arreaza se juramentó donde a Maduro le hubiera gustado: "Lo juro como le juré al Comandante en sus últimos minutos de su vida, que se fuera tranquilo porque nosotros culminaríamos la lucha de Simón Bolívar".
El papá del clan Chávez ¿Y el 'El Maestro'? La salud del padre del clan, Hugo de los Reyes Chávez, también fue objeto de constantes rumores en las últimas semanas.
La realidad es que 'El Maestro' Chávez siguió la agonía del último mes de la enfermedad de su hijo recuperándose de una apendicitis, diagnosticada en uno de sus chequeos médicos y de la que fue operado el pasado 4 de febrero en el Hospital Militar de Caracas, según aclararon funcionarios de la alcaldía de Sabaneta. Por ello no pudo asistir a los actos conmemorativos de esa fecha y experimentó, además, la peor tortura para un padre: ver languidecer a su hijo desde un lecho de enfermo, recuperándose para poder vestir la guayabera blanca que al final lució frente al féretro del Presidente. En los últimos cuatro años, limitado por sus achaques de salud, Hugo de los Reyes ha presidido una fundación social.
Junto a su mujer, recorrió Barinas en un carrusel de oficios religiosos por la salud del Presidente. Muy cercano a Hugo se sitúa Adán, el mayor, quien sustituyó en 2008 a Hugo de los Reyes Chávez, al frente de la gobernación de Barinas tras dedazo presidencial. Siempre mirando hacia Caracas y metido de lleno en la pelea de la sucesión, Adán dejó de ser profeta en su tierra.
Resultado: su gestión es criticada incluso desde las bases del chavismo. Pero su influencia en la capital política es enorme y sus lazos con los hermanos Castro, igual de estrechos. Adán fue embajador en Cuba durante los primeros años de la Revolución. Argenis, llamado a la sucesión de la Gobernación (el padre la presidió durante 10 años) y que ejerció como secretario de Estado (le llamaban el Colin Powell de Barinas), fue apartado del poder pese al enfado de su madre.
El presidente de la Corporación de Electricidad, con cargo de viceministro, no se apartó de doña Elena durante los funerales. Siempre a su lado. Por algo es su hijo favorito...
Dueños de haciendas hasta autos de lujo
La leyenda popular cuenta en Barinas cómo Hugo Chávez, con quien Argenis, su hermano, nunca hizo buenas migas, le destrozó a golpes un vehículo nuevo, acusándole de ostentación. Pero ya se sabe, la familia debe estar unida.
El Presidente le regaló a su hermano Argenis otra oportunidad en la administración central. Un regalo envenenado para el que está bien preparado, por lo menos es ingeniero eléctrico: la persona encargada de subsanar los miles de apagones que desde hace años sufre el país tras una década de olvido. Otro de los hermanos del clan, Aníbal, alcalde de Sabaneta, reapareció ante la opinión pública acompañando a su padre enfermo.
También ha sufrido problemas físicos, que le obligan a recibir atención especial en el mismo hospital en el que falleció su hermano Hugo. Narciso, por su parte, tras intentar hacerse con el mando político del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) en Barinitas, vuelve a dirigir el trascendental convenio médico con Cuba. A Adelis, el pequeño de los seis hermanos, nunca le interesó la política. A él le van los negocios y el fútbol.
Tras dirigir la Copa América se encariñó con el deporte rey y decidió hacerse con la presidencia del Zamora FC, de la Primera división venezolana, llevándole incluso a la Copa Libertadores en 2011. El club sufre algo parecido a una bancarrota, con problemas de impagos a los jugadores. Pero sobre todo Adelis es vicepresidente ejecutivo del banco privado Sofitasa, aunque desde el escándalo financiero que afectó a banqueros boliburgueses cercanos a Chávez no aparece en su 'staff'. "Es un gran amasador de fortunas", un abogado que ha participado en algunas de sus operaciones. Entre ellas la compra de una flota de autobuses, que viajan entre Caracas y Barinas.
"Los Chávez han comprado mansiones, fincas, hatos y carros de lujo. Ahora están confiscando propiedades en el Alto Barinas", denunció Wilmer Azuaje, antiguo dirigente del PSUV perseguido y expulsado del partido desde que comenzó a hacer públicas los "guisos" (corruptelas) de los Chávez. Y cerrando el círculo familiar, un primo: Asdrúbal Chávez es desde hace años vicepresidente de PDVSA y viceministro de Energía. Fue el encargado de hacer proselitismo político dentro de la tercera empresa más importante del subcontinente. PDVSA es absolutamente fundamental para el PSUV. Se encarga de llenar sus arcas financieras para mantener bien engrasada su gigantesca máquina electoral.
DANIEL LOZANO - EL COMERCIO - GDA
ECUADOR