Iniciado por PEDROELGRANDE
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Cuando el Barcelona juega así, todos los demás equipos del mundo parecen comunes, ordinarios, vulgares. Sobre todo este Milán que desde el pitazo inicial metió a sus once jugadores atrás, una imagen muy triste para sus hinchas. Hay que sentirse muy chico para hacer ese papel. Un Milán demasiado italiano para nuestro gusto, lleno de Ambrosinis, Montolivos y Abates. El juez húngaro Viktor Kassai fue insólitamente permisivo con las faltas milanistas, reiteradas y fuertes. Apenas sacó alguna que otra amarillita. Otra perla negra para los jueces: ¿por qué en Europa no se respeta la distancia de las barreras en los tiros libres? Es desleal, pero pasa en todos los casos sin sanción, aunque está contemplada en el reglamento con amonestación.
Lo curioso, acaso lo incomprensible, es percibir que hay decenas de millones de hinchas en el mundo deseando ver perder al Barcelona, que lo eliminen, que se acabe de una vez. Y dentro de esos millones hay millones que dicen gustar “del buen fútbol”, pero celebran cuando un Chelsea le gana con un fútbol ultraespeculativo o cuando el Milán, en su propia cancha, ubica a los 11 atrás y obtiene un triunfo con un par de afortunados contraataques.
Fue un típico choque de estilos entre el virtuoso y el áspero, el generoso y el avaro. Para fortuna del fútbol, pasó el primero. El Barça vive. Ahora empieza otra Champions para el mejor equipo de la historia del fútbol. De cualquier modo, al final de la temporada el Barcelona debe salir al mercado a buscar, urgente, un central de auténtica jerarquía, sobre todo muy veloz, y otro goleador de verdad (¿Luis Suárez...?). Tiene que pensar que un día se puede resfriar Messi.
¿Vuelve el Barcelona...? Ojalá. Lo estábamos esperando.
Jorge Barraza |