En Europa no habrá revolución, pero si muchos disturbios
El desempleo en Europa entre los jóvenes adquiere un carácter colosal. Al día de hoy, prácticamente seis millones de personas menores de veinticinco años no pueden encontrar trabajo.
La situación más alarmante está en Grecia y España. Allí, más del 50 % de los recién egresados son desempleados, la mayoría de los cuales pasaron a serlo apenas se han graduado. La difícil situación en el mercado de trabajo, obliga a los jóvenes a acudir a las manifestaciones y protestas. ¿Podrán convertirse ellos en un catalizador de disturbios y una posterior revolución? Los expertos tienen puntos de vista diferentes.
Europa conoce bien los actos de protesta de los jóvenes. La más grande se produjo en Francia hace cuarenta y cinco años, y terminó derrocando el gobierno. En aquel entonces también había una crisis social, que terminó en manifestaciones y una huelga general. Como resultado, renunció el presidente Charles de Gaulle y ocurrieron serios cambios en la sociedad francesa. La crisis actual en Europa se parece un poco a la situación que se vivió en 1968 en Francia. Hoy en día, la sociedad ha creado las condiciones en las que los jóvenes no tienen demanda. Este es el resultado de la búsqueda de la eficacia en términos de capitalismo, comenta Vilen Ivanov, asesor de la academia de ciencias de Rusia:
—Al recibir una ganancia y el beneficio, las empresas despiden a un cierto número de personas que son innecesarias. Cierta parte de esas personas quedan marginadas y degradan socialmente, pasando a formar parte de los protestantes. Justamente esas personas, capaces de protestar pueden servir de catalizador de acciones revolucionarias o disturbios, como los que tuvieron lugar en 1968 en Francia.
Sin embargo no hay que olvidarse que la juventud educada que sale a las calles, no son personas desdichadas o agresivas, considera Leonid Grigoriev, profesor de la Escuela Superior de Economía:
—En Europa hay una degradación de la fuerza laboral. Allí las reglas son simples: Tienes el derecho a un pequeño subsidio, si no estás trabajando en la especialidad que has obtenido en la universidad. Ser desempleado no significa que no hacen nada y pasan hambre, ellos trabajan tiempo medio en algún lado. Estas personas no son elementos de una revolución. Los elementos de la revolución es cuando despiden a familias de las fábricas. Allí está el problema. Por otra parte, esas personas que se convirtieron en desempleados no irán a trabajar a la parte inferior de la escala social, ya que allí trabajan oriundos de Asia y África.
No hay dudas de que en Europa se ha creado una situación anormal, cuando los especialistas jóvenes se han quedado sin trabajo, hoy en día no tienen una mentalidad revolucionaria. Y lo más importante es que no están unidos ni tienen metas concretas como lo que pasó en Francia, considera Anatoli Bajan experto del Instituto de Europa:
—El poder del partido de izquierda no es como lo era en los años 60 del siglo pasado. Tras el colapso de la URSS el movimiento de izquierda se ha desvanecido. No hay organizadores que pudieran emprender una revolución. Me refiero a un cambio del sistema.
En lo que respecta a desordenes, eso es posible. Pero estos no terminaran en un cambio de régimen, considera el experto.