Un profesor les recuerda a sus alumnos que el parcial será al día siguiente. Les dice que no habrán excusas admisibles para no presentarse, a excepción de una severa enfermedad, o la muerte de algún familiar directo.
El vivo de siempre, en el fondo del salón, pregunta por lo bajo:
-¿No podemos faltar por fatiga sexual extrema?
La clase entera hace su mejor intento para contener las risas (con poco éxito). Cuando el silencio volvió al salón, el profesor sonrió simpáticamente al estudiante, sacudió su cabeza, y dulcemente le contestó su pregunta:
- No, no es una excusa. En ese caso, escriba con la otra mano... y si no se puede sentar puede contestar de pie.