Respuesta: Ahora en Venezuela la polémica es por una gorra
Aquí todos tienen una gorra, pero no una gorra de tela o de paja, sino una gorra de insensatez. Mi techo de zinc ya no suena cuando llueve, ya no calienta cuando hace sol. La limonada ya no sabe igual. Hoy es una gorra, mañana será una mirada o un guiño, o una tocada de glúteo. El mercado ya no alcanza para saborear las mieles de la esperanza, pero aun esta viva. Mientras llego y acaricio mi esposa. Mi esposa es la compasión que siento por el desanimo de la amargura de la dulzura; dulzura que veo en la sonrisa del amanecer todos los días.
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