El pelado tacaño de 'El precio de la Historia' va por su tercer matrimonio
Rick Harrison es la estrella de "El precio de la historia"
Lo terrible de “El precio de la historia” es que al final de cada capítulo queda la sensación de que no hay nadie en este mundo que pueda ganarle a Rick Harrison, nadie que pueda hacer un mejor negocio que él. Más terrible aún es que hay altas probabilidades de que precisamente eso sea lo que explique su éxito. Es la serie del cable que más capítulos ha tenido en su tipo -ya casi va por los 200, en seis temporadas- y sigue gozando de una saludable vida en History Channel, canal que nunca había tenido audiencias tan altas (7 millones de personas en episodios de estreno).
¿Acaso no sabe de qué estamos hablando? Tome nota. Rick es un gringo maceteado y calvo, que regenta junto a su padre la tienda de empeños “Gold & Silver” en Las Vegas. Pero una tienda de empeño grande, que funciona 24 horas al día, no como esas pichiruchi que acá ofrecen plata a cambio de unos gramos de oro. Él acepta de todo. Una mina antipersonal de la segunda guerra, un triciclo sin gracia y decolorido de 1960, un globo aerostático. Para él, todo puede ser un negocio. Y si algo viene malo, lo compra barato, lo manda a arreglar y quintuplica su valor. Si algo no le tinca, simplemente lo desecha.
Rick sabía desde chiquitito que esto era lo suyo. Dejó la escuela a los 13 años porque le estaba yendo demasiado bien vendiendo carteras falsas de Gucci. Dice que en esa época ganaba unos 2.000 dólares semanales. Cuando tenía 23, en 1988, abrió la tienda junto a su papá. Y hoy es, gracias a ella, una estrella de la TV, que sale en revistas y cuyas fotos con su nueva novia son casi para primera plana.
Por supuesto no le resultó a la primera. Rick trató por años de convencer a productores de televisión que hicieran un programa con su tienda, pero fracasó siempre. Hasta que, casi cuando se había olvidado de la idea, llegó la gente de History a proponerle hacer el show. Y lo armaron.
El programa es un seguimiento a los tipos que entran a su tienda y a la manera en que él siempre les gana la pulseada. Rick es capaz de valorar algo apenas lo ve, pero se hace asesorar por dos docenas de especialistas externos cuando tiene dudas. Entre empeño y empeño también se ven los roces entre los otros miembros del staff: su papá malas pulgas, su hijo inoperante y un empleado de origen asiático y adorablemente torpe llamado Chumlee.
La tienda se convirtió en un atractivo turístico en Las Vegas y hoy recibe a más de mil personas por día, diez veces lo que recibía antes de salir al aire. De hecho, hoy es un edificio de más de 4.000 metros cuadrados y vende hasta su propio merchandising.
Como el hombre es canchero, también le ha ido bien en el plano amoroso. Ha fracasado, pero no se ha desanimado. Tiene dos matrimonios a cuestas y tres hijos en total. Y ahora se prepara para ir por el tercero. En febrero de 2012 se puso de novio con DeAnna Burditt, y acaban de anunciar que se casarán el próximo 21 de julio en California. Probablemente, en esta pasada, también va a ganar.