Respuesta: Había que tumbar a la fiscal: Montealegre "se lava las manos" ¿Y a qué adjudica lo que llama “catastrófico caos”?
A la falta de directivas de interpretación y de dirección por parte del Fiscal General, que orienten la labor de los funcionarios. La situación que encontramos es que cada uno de ellos eran ruedas sueltas dentro de la entidad. Los fiscales se parecen a esas figuras de la literatura norteamericana que recuerda William Ospina en un ensayo sobre William Faulkner: hombres solitarios, perdidos en la inmensidad del bosque.
¿Pero todo eso ya se corrigió?
Estoy haciendo primero una radiografía de lo que encontré, de lo que he corregido y de las medidas que voy a adoptar.
¿Todo funcionaba mal: desde el Fiscal General para abajo?
Creo que todo. El Fiscal General tenía que asumir unas competencias institucionales de dirección jerárquica muy fuertes.
¿Y no las estaba asumiendo?
En algunos aspectos no. Advierto: no estoy colocando un espejo retrovisor ni desconociendo los méritos de mis antecesores. Lo que yo formulo es una crítica constructiva a la evolución de la Fiscalía en 20 años. En un mundo globalizado, la delincuencia es transnacional. Por eso, la forma de investigación tradicional de la Fiscalía General es uno de los defectos más grandes que tiene la institución.
¿Tiene algunos ejemplos?
Muchísimos: en las amenazas contra sindicalistas o defensores de derechos humanos, siempre se investigan casos individuales, pero nunca se ha apuntado a identificar qué organizaciones criminales, si existen, están detrás de ese delito y qué conexión pueden tener las diversas amenazas en diferentes sectores del país contra trabajadores y líderes sociales. Lo mismo sucede en la investigación de los ‘falsos positivos’: estamos investigando 1.726 con 3.000 víctimas directas identificadas.
¿Tres mil inocentes asesinados por ‘falsos positivos’?
Sí, 3.000 víctimas directas, y las investigaciones se están haciendo de forma individual, fragmentada y sin mirar las posibles conexiones entre unos y otros.
¿Qué quiere usted decir?
Que en estos casos hay que determinar si estamos frente a lo que se ha denominado “delitos de sistema”. Es decir: violaciones programáticas y estratégicamente calculadas. Ataques planificados contra derechos humanos por motivos políticos, religiosos, étnicos o económicos. |