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Denunciante Ultra
 |  La crisis del Real Madrid altera a CR7
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 | Ha visto cinco amarillas en los últimos cinco partidos  Cristiano, amonestado por el árbitro ante el Espanyol La crisis del Madrid no afecta sólo a los resultados, también a la forma de ser de los jugadores. Con más nervios y más tensión en el cuerpo, los futbolistas no rinden igual y terminan por alterarse. Es el caso de Cristiano Ronaldo. El luso lleva cinco partidos consecutivos (Ajax, Valladolid, Celta, Espanyol y Málaga) viendo tarjeta amarilla, lo que le ha llevado a estar al borde de la suspensión en Liga, donde lleva ya cuatro cartulinas. El dato es especialmente preocupante para los intereses blancos si se tiene en cuenta el cambio que ha experimentado Cristiano en el terreno disciplinar en los últimos partidos, en los que se ha visto al delantero protestando y metido en algún que otro pique, como con Hugo Mallo en Vigo, que bien pudo provocarle la expulsión, actitudes que parecían extirpadas de la mente del crack portugués. Ante Ajax, Celta y Espanyol se llevó una tarjeta por duras patadas, en Valladolid la vio por protestar y contra el Málaga por una mano. Cinco partidos seguidos, cinco cartulinas consecutivas, algo excesivo para un delantero y más para Cristiano Ronaldo, que había cambiado su forma de ser, aquel temperamento que le costó dos expulsiones casi seguidas en su primer año como jugador del Real Madrid. El 28 de enero, ante el Zaragoza, vio su cuarta amarilla en la Liga 2011-12. Desde entonces estuvo casi 10 meses, 40 partidos, sin ver otra tarjeta. Su comportamiento cambió, se alejó de las trifulcas, se olvidó de protestar y se libró de ser sancionado en la pasada Liga. El 11 de noviembre, en el Ciudad de Valencia, volvió a ser amonestado. Y ahora, en el momento más bajo del Madrid, CR7 parece contagiarse del ruido y el lado oscuro vuelve a ocupar su mente. Vuelve a coquetear con la quinta amarilla, con la suspensión. El Real Madrid afronta un tramo largo de Liga con esperanzas casi nulas de remontar, pero las pocas posibilidades que aún tenga pasan por ganar todos y cada uno de los partidos que le quedan por disputar. Y para lograr tan difícil empresa, es imprescindible que Cristiano Ronaldo se vuelque en el equipo y en la fabricación de goles y se olvide de todo lo demás. Ante la Real tendrá su primera oportunidad de encadenar otra racha inmaculada, como hiciera el pasado enero. Ahora tiene unos días para pasar en familia, descansar y olvidarse de los problemas. Fechas para recapacitar y reciclar su mente, como ya hiciera la temporada pasada. El propósito de Año Nuevo está claro: no más tarjetas. EL MUNDO
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