Denunciante Dorado
 |  ¿Llegará el fin del mundo el 21 de diciembre?
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Autor: Serguei Dúz
Foto: Flickr.com/Etaigasylvan/cc-by
El tema del apocalipsis en diciembre tuvo gran repercusión social en Rusia.
En una de las casas típicas de Moscú, junto a la puerta de entrada se colgó el siguiente anuncio: “A raíz de la llegada del fin del mundo les pedimos encarecidamente pagar las deudas de alquiler antes del 21 de diciembre de 2012." Si se trata de una broma, tiene mucho de verdad. Aproximadamente así, encubriendo el miedo con la risa, acoge la opinión pública el alboroto armado en torno al apocalipsis, presuntamente predicho por el calendario maya para el próximo día 21.
Entre bromas y bromas la población poco a poco acopia cerillas, sal y artículos de primera necesidad, si bien, después del fin del mundo descrito por San Juan el Teólogo, simplemente no quedará nadie para salar la comida y alumbrarse en el cuarto de baño. Además, la gente no tiene que saber ese día de antemano. Pero si de todos modos se logra sobrevivir el fin del mundo, pues, según el cristianismo, será simplemente una catástrofe, quizás, de grandes proporciones, que precede el fin del mundo, pero que no es tal.
Cabe señalar que los norteamericanos dejaron atrás a los rusos en cuanto a los preparativos para el 21 de diciembre – Día del Juicio Final. Ellos con la mayor seriedad acopian armas y municiones, preparándose para el llamado “Apocalipsis Zombi”, inspirado por el tema de Hollywood “los muertos vivientes”, que en enormes cantidades aparecen en la Tierra porque “en el infierno ya no hay más lugar”, y devorar a los seres humanos. En tanto, los sacerdotes aconsejan a los feligreses, (independientemente de que sean ortodoxos, católicos, protestantes o luteranos) aprender las Sagradas Escrituras (en las que únicamente se puede encontrar el camino de la salvación), y no ir a la tienda a comprar baterías para la linterna.
Los científicos también aconsejan elevar el nivel de educación. Así, según el historiador Yuri Poliujóvich, los mayas no percibían el fin del mundo tal como lo entienden, por ejemplo, los portadores de la cultura europea. La directora del Centro de Estudio de la Historia y Cultura Maya. Knórozova Galina Yershova, sostiene que en el calendario maya no hay ningún tipo de previsiones ni predicciones del fin del mundo. Representa en sí una piedra en la que se tallaron las fechas del calendario, relacionadas muy probablemente con el movimiento de la Luna. Pero en él no hay texto alguno, ninguna “predicción”. El académico ruso Evgueni Alexándrov se pregunta: ¿ha habido semejante excitación, digamos, durante la guerra? Tal vez vivamos muy bien y nos hagan falta fuertes sensaciones, si es que millones de personas creen en las más diversas fábulas –deduce el académico.
Los salvadores enfocan el problema de forma más utilitaria. El ministro ruso para las Situaciones de Emergencia, Vladímir Puchkov, explicó la situación en una entrevista con Rossíiskaya Gazeta. “Está absolutamente probado que aproximadamente cada 10-15 millones de años se producen catástrofes globales. Y los últimos grandes cataclismos, que influyeron en el desarrollo de la civilización terrestre, se registraron varios centenares de años atrás. De ahí que en los próximos tiempos se puedan esperar amenazas naturales, pero no serán globales”.
El director del Centro Hidrometeorológico Nacional, Román Vilfand, apunta con ironía que en algunas regiones rusas ya llegó el fin del mundo. Por ejemplo, en Múrmansk o Norilsk el día solar equivale a cero horas cero minutos. De acuerdo con los pronósticos, este fin del mundo terminará relativamente pronto. “Por ejemplo, en Norilsk la luz aparecerá el 11 de enero” –dijo el jefe del Centro Hidrometeorológico. Si los científicos y salvadores tratan de responder bromeando, los parlamentarios rusos se alzaron contra los medios de comunicación. Ellos escribieron una carta abierta a los canales federales de la televisión, en la que les instan a dejar de dar cobertura al tema: “Declaramos con toda responsabilidad que no habrá ningún fin del mundo. ¿Quién habrá inventado y difundido semejante noticia?” –manifestó al periódico el promotor del mensaje, vicepresidente del Comité de la Duma para la Ciencia y las Altas Tecnologías, y diputado por el Partido Liberal Demócrata, Mijaíl Degtiarev.
De todos modos, a pesar de la opinión competente de Mijaíl Degtiarev, “de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aún los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre” (Marcos 13:32).
No tiene sentido negar el hecho de que vivimos en medio de una carencia fantástica de información sobre los próximos cinco minutos, sin hablar ya de días y, menos aún, de años y décadas. ¿Significa esto, que siempre debemos estar preparados para la apocalipsis o, dicho simplemente, para la muerte? Los cristianos, igual que los musulmanes, budistas y otros, responden a esta pregunta afirmativamente, Pues por qué no estar de acuerdo con ellos, si todos nosotros comprendemos en el fondo del alma que nuestra existencia es perecedera.
La suposición de que el día de hoy puede ser el último para el hombre, le alivia considerablemente la vida. Ante la muerte no dan ganas de mentir, fingir, adular, tener miedo, apresurarse. Seguramente, solo en esas últimas horas, por fin, uno puede sentirse un hombre libre. Y con todas las fuerzas procurar de mantener la dignidad, incluso en el caso de que en las nubes no aparezcan los Jinetes del Apocalipsis.
mj/kg/ap
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