Este foro es un reflejo del país. Hay los que le aplican la receta moralista y con el báculo trazan una línea entre el bien y el mal; otros, que van más allá y clasifican las conductas de las minorías como enfermedades mentales o aberraciones; no faltan los que callan, fruncen los hombros y con su indiferencia se convierten en cómplices de los intolerantes, y claro, también los que esperan que el tiempo haga razonar a los homofóbicos y los que, pedagógicamente, tratan de mostrarles su error o al menos contestarles con argumentos a sus expresiones de odio.

Me remito a dos argumentos. Uno, el científico, que proporciona respuestas interesantes: El cerebro de los gays es más parecido al de las mujeres heterosexuales, explicación que muestra componentes genéticos que, unidos a los culturales, explican la existencia de individuos que no responden al patrón heterosexual.

El otro argumento es el jurídico. Descartado por la comunidad científica que el homosexualismo sea una enfermedad (igual acaba de reconocerse respecto de la transexualidad) y que, además, existe un componente genético, al lado del cultural, que explicaría esta orientación sexual, hay leyes de obligatorio cumplimiento que protegen a esta minoría y que deben respetar los demás. Se puede no estar de acuerdo, pero debe respetarse a esta comunidad que, al igual que las demás minorías, tiene el derecho de exigir su igualdad ante la ley.

Cada quien es libre de disentirrespecto a cualquier conducta que no esté de acuerdo con su particular visión del mundo basada en sus creencias religiosas o su propia moral, pero no se le puede permitir a nadie que promueva públicamente la discriminación hacia ningún grupo social y se señale a estas minorías como contrarias a la sociedad, incitando a excluirlas por cualquier medio. La ley en general y el código penal en particular protegen a estas minorías y en cualquier foro debe ilustrarse a las personas en su aplicación y rechazar a cualquier individuo que pretenda promoverlas.

La libertad de pensamiento no significa dar vía libre a conductas que promuevan la discriminación de las minorías y atenten contra su existencia.