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Antiguo 07-12-2012 , 11:59:23   #27
chido666
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chido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacionchido666 conoce todos los secretos de la reputacion
  
PixelSHERLOCK Finished Respuesta: La Historia de un homosexual y su degenerada familia ... Incesto, gay, orgias, infidelida



Me quede sin aliento, no sabia que decir. El ante mi silencio, me acariciaba y me pegaba su verga entre mis nalgas. Se ungió su pequeña y delgada verga con aceite aromático, luego se lleno dos dedos y me los empezó a pasar por toda la raya de mis temerosas nalgas, para luego meter en mi culito, su dedo medio hasta los nudillos.

-¡Ahhh! ¡Arrgg! Duele –Le dije-. Despacio que por ese agüero no ha entrado nada.

-Relájate mi vida, no tengas miedo y afloja el culito. Ya veras que te va a gustar. –Me decía mientras trataba de meter dos dedos en mi estrecho agujerito-.

Me colocó en cuatro patas, y se posiciono atrás de mí. Sentía su suave pene palpitando de excitación, recorriendo toda mi raya. Mientras me acariciaba la verga que la tenía dura a más no poder. Su miembro erecto empezó a empujar mi adolorido ojete, y sin aviso, me metió de un solo golpe ese hermoso animal dentro de mi apretado culo. Sentí que me faltaba la respiración, que me ahogaba mientras mi rostro se ponía morado.

-¡Ayyyyy, Gueeey! ¡Ya me desgraciaste, cabrón! ¡Ayyyy! Ya me partiste en dos Guevón de mierda, ¡Sacala por favor! ¡Ya no aguanto!

El muy cabrón solo se reía mientras me sujetaba con fuerza de la cintura, y me pompeaba vertiginosamente.

-¡Aguanta! ¡No seas llorón! Vas a ver que después vas a llorar por querer que te coja todo el día y vas a suplicar que no te la saque, jaja. ¡Que rico culito apretado tienes amor! ¡Toma, toma, aguanta mi vida, toma, toma, siéntelo, ¿ves que rico es?

-¡Puf! ¡Duele! ¡Ayy! ¡Sácala! ¡Arg! ¡Puf! –Solo pujaba y me quejaba, Le empujaba con las manos para que se desenchufara, pero el muy ladino, me tenía bien cogido - .

Al parecer no tardo mucho en venirse a raudales en mi adolorido ojete, pero a mi se me hizo una eternidad.

Duré como una semana rozado y caminando zambo y eso que tiene la verga chiquita y flaquita, si no yo creo que ya estaría muerto. Javier todos los días me hablaba pidiéndome que le perdonara. Lo hice después de dos semanas, pero antes le hice prometerle que no volvería a cogerme. Las reglas están bien claras, -le dije-, tu eres la buena, la culona, la mujer bella, la muchacha hermosa de quien estoy enamorado y yo soy el macho, ¿para que andamos experimentando?

Hoy cumplimos tres meses de Novios, fuimos a cenar y a tomarnos unas copas.

-Estoy muy cansado. -Le digo-, en vez de coger creo que mejor nos acostamos ya ¿No crees?

-Claro mi amor. –Me dijo con voz sensual, mientras me recostaba en la cama, sintiendo una rica pesadez-. Por cierto, no te he terminado de contar la historia de mi familia ¿verdad?

Mi hermana se puso más buena. –Empezó a relatar Javier-. Sus hermosas piernas estaban más torneadas, sus enormes melones llegaron a su máximo tamaño y poseía un bonito, redondo y parado trasero. Tenía ya, las tetas más grandes que mi mamá, más no así su trasero, porque las nalgas de mi madre eran de otro mundo.

Con el tiempo nos enteramos que su novio era de dinero, y la visitaba los sábados y domingos, y se quedaban platicando de dos a tres horas. Un día los estuve vigilando a ver si hacían travesuras y lo único que hicieron fue darse dos besos con la boca cerrada. Eran unos aburridos.

Don Pepe se la cogía una o dos veces al mes, la llenaba de regalos, y ella se acostumbro a que le dieran obsequios por sus favores. Mis primos para cogérsela tenían que darle dinero, comida, collares, golosinas o cualquier cosa que para mi hermana tuviera valor. Debían de traer dos raciones, la mayor parte para ella y una pequeña parte para su querido hermanito, para que les eche aguas (Vigile, que no los vea nadie). Por su linda panochita o su ensanchado culito, pasaron las vergas de todos mis primos, uno que otro vecino, y la de muchos, pero muchos jovencitos de la colonia (todos Jóvenes a excepción de don Pepe).

Su fama creció en toda la colonia y diariamente se la cogían tres veces. Una en la mañana, otra a mediodía y la última en la noche… Pasaron meses realizando estas actividades, A veces eran dos o tres los encargados de perforarle sus agujeritos.

Mis primos Rafa y Pancho se habían cogido a mi hermana en el medio día, ahora eran las ocho de la noche, mi hermana estaba adentro de un coche (Estaba descompuesto, le faltaban las ruedas) con dos amigos de mis primos. Me habían regalado una soda y un submarino (pan), para que les echara aguas, no me enteré que les pidió mi hermana a cambio de sus servicios.

Vigilaba que no se acercara nadie, a veces transitaban por ahí la gente, como a 20 metros de distancia… Si se acercaban más, corría y le pegaba al capacete del coche para prevenirlos. Cerca del auto había un poste con una lámpara. Con su luz, alcanzaba a ver las siluetas de mi hermana y los dos muchachos dentro del auto.

Mi hermana vestía una falda de tablones y una camiseta sin sujetador. Por las siluetas, observé como los dos muchachos se bajaban los pantalones hasta los tobillos, sentados en el asiento trasero, con las vergas al aire. Mi hermana se bajó los calzones, se levantó su falda hasta la cintura y se sentó arriba de un muchacho, metiéndose la verga poco a poco, hasta desaparecer, no distinguía si se la metían por su panocha o por su culo. Mi hermana empezó a subir y a bajar sobre la cintura del joven, éste desesperado, le levantó la camiseta dejando al aire sus enormes melones, inmediatamente los comenzó a magrear fieramente, su pelvis se movía frenéticamente de arriba abajo, haciendo brincar a mi hermana, la cual comenzó a jadear y a quejarse, mientras, éste le besaba en la boca. El otro muchacho empezó a mamar los cantaros de carne de Teresa. Segundos después empinaba la cabeza de mi hermana hasta su enorme falo para que se lo mamara. Minutos después se cambiaban de posición y se la trajinaban salvajemente. El coche se mecía lentamente de un lado hacia el otro, mientras en su interior, los sudorosos cuerpos de los muchachos, sacudían a una velocidad vertiginosa su pelvis en las rotundas nalgas de Teresa.

La sesión terminaba, cuando a través de las siluetas, vislumbraba como mi hermana tomaba algo de papel sanitario y se limpiaba cuidadosamente su entrepierna, mientras los afortunados poseedores de su cuerpo, bajaban del auto, sonrientes y satisfechos.

Mi hermana llegaba hasta mí, apestosa a semen, me besaba tiernamente en la mejilla y nos regresábamos a casa. A veces miraba algunas manchas de semen en su sedosa cabellera, otras en su falda, pero lo que más me gustaba era ver sus hermosos dientes blancos, que asomaban perfectamente delineados a través de su radiante sonrisa, satisfecha y llena de felicidad.

Mi hermana crecía, ahora rondaba los 14 años, pero solo en su mente, a causa de su enfermedad porque su edad y su cuerpo era el de toda una mujer escultural, nada de grasa en su abdomen, piernas torneadas, nalgas redondas y paradas y un par de grandes y redondas tetas y una carita de ángel… En verdad eran afortunados los que le taladraban sus agujeros.

Pero todo lo bueno se acaba, un día, que no estaba yo presente, para echarles aguas, mi madre la descubrió, y le puso tremenda paliza que se le quitaron las ganas de andar de güila, como le dijo mi madre. La verdad no sé si fueron los golpes, o la charla que tuvo con ella, ambas lloraron, y al final, felices se abrazaron.


Otro día que recuerdo muy bien, fue cuando estábamos en la casa de mis primos, me habían ordenado que, llegando de la escuela, me bañara y los visitara. Estábamos los tres desnudos. Beto besaba mis nalgas y de vez en cuando me daban unas pequeñas mordidas, me gustaba mucho cuando introducía su lengua en mi trasero. Con sus manos, me abrió los cachetes, y escupió abundante saliva en mi culo, luego escupió nuevamente sobre su verga parada. La apuntó a mi agujerito y me la metió despacio. Sentí un poco de molestia.

-Espera. –Me dijo, extrayendo su caliente verga-. Me voy a poner algo para que resbale mejor.

Fue a la cocina y se untó un poco de aceite en su pito y sus manos aceitosas me las pasó por en medio de mis nalgas, me metió un dedo en mi culito para que el líquido me llegará bien adentro, luego tomó su verga de la base y sacudiéndola eróticamente de arriba abajo, me hizo señas para que me acomodara. Me puse de rodillas en la cama, con las nalgas en pompa y me separe los cachetes.

-¡Que ricas nalgas tienes Javier, blancas y suaves, gorditas como a mi me gustan. Ahora si, primo. –Me dijo- Te voy a meter toda mi verga en tu apretado culito.

Beto deslizaba por la raya de mis blancas nalgas su larga reata, me encantaba lo calientita y suave que se sentía. Luís estaba sentado en la cama con las piernas abiertas, su pinga estaba dura y a escasos milímetros de mi rostro. Impaciente me tomó de la nuca y me la metió en la boca.


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ESTUDIO CIENTIFICO
Un científico norteamericano descubrió con sus estudios que las personas que no tienen suficiente actividad sexual leen los e-mails y/o los Post con la mano posada en elMouse…. Aguas¡¡¡¡
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