Lo llamativo de esto es la forma inteligente del actuar nicaragüense. Mientras en Colombia cunde el desconcierto, Ortega hizo una carambola a tres bandas, involucró a Estados Unidos en un tema que le es muy sensible, la lucha contra el narcotráfico, a través de operaciones antidrogas conjuntas en la porción marítima que le otorgó el Tribunal de La Haya, de paso consiguió con esto que el propio Estados Unidos reconociera con hechos concretos la soberanía nica, y le mostró a Colombia que la primera potencia del mundo es su aliada en este lío.

En consecuencia, desde el 1 de enero Nicaragua patrullará al lado de navíos estadounidenses su mar territorial, multiplicando su escasa fuerza naval, demostración de soberanía y de fuerza que Colombia no tiene manera de rechazar. Y aparte de eso, habrá también en momentos diferentes embarcaciones de Venezuela y Cuba, así como de Rusia, China y Taiwán, todas con permiso nica, es decir, reafirmando aún más su soberanía.

Increible, contra todo pronóstico, la diplomacia nicaragüense es mucho más hábil que la colombiana. Como en la canción, "sorpresas te da la vida".