Dejemos a un lado la bondad y la maldad en manos de los guías espirituales de las religiones en boga. Hablemos más bien de responsabilidad penal. Para señalar a alguien de haber cometido un delito hay que demostrarlo. Eso es todo. La periodista habla de que usó información privilegiada para planear secuestros.

Mi pregunta es obvia: ¿Qué alumnos suyos fueron secuestrados? ¿cuándo? ¿dónde? ¿cómo? ¿A quién? No lo dice. Son informaciones abstractas. Deduce que como fue profesora debió hacer eso. Puede que sí, puede que no. Lo único que exijo como lector es que me diga algo más que una simple afirmación.

Lo mismo sobre ser la causante de la muerte de un niño en un ataque a Transmilenio. ¿Fue autora material? ¿Fue determinadora? ¿Estuvo en el lugar de los hechos? ¿participó en la fabricación de los explosivos? ¿Ella los colocó? ¿ Proporcionó información? ¿Sirvió de apoyo en la planeación? ¿Dónde? ¿Con quiénes? ¿La fiscalía la está investigando por causa de este hecho?

Por el simple hecho de ser guerrillera y es obvio que no es una monjita de la caridad, no se le pueden ir acomodando todos los delitos que se le ocurran a una columnista. Es escribiendo y fundamentando. Eso es todo.

¿Es secuestradora? Claro que sí. La justicia de Estados Unidos la condenó por haber participado en el secuestro de los tres estadounidenses. Eso es diferente. Pero de ahí a inventarle lo que no ha hecho, basado en simples suposiciones, le resta seriedad a un periodista.

Aquí en el foro nos podemos dar el lujo de hablar y despotricar de todo el mundo. Pero un formador de opinión, en un periódico serio, debe ser responsable, dejar de lado los odios y escribir basándose en fuentes igualmente serias y responsables. La obligación del periodista no es tomar partido sino presentar los hechos tal y como son y que el lector se forme su propia opinión.

Salud Hernández, infortunadamente, hace tiempo perdió el rumbo y con ello la credibilidad.