por Heráclito

Después de un comienzo de eliminatorias agridulce, con una victoria en La Paz y un empate y una derrota en Barranquilla ante Venezuela y Argentina, se decidió encargar de la dirección técnica de la Selección Colombia a José Pekerman, entrenador argentino que le dio el último título mundial a su país (en la rama juvenil). La victoria ante México por 2-0 fue el estreno del gaucho y de ahí en adelante comenzó una senda de victorias (excepto la derrota ante Ecuador) que llevó a Colombia del infierno (llegó a estar de séptimo) al tercer lugar de la tabla con un partido menos.

Ante esta seguidilla de éxitos que culmina con el empate ante Brasil en New Jersey, jugando un fútbol brillante y exquisito, dándole de su misma medicina al pentacampeón del mundo, surge la inevitable pregunta: ¿tenemos derecho a soñar? ¿Esta selección está para clasificar al mundial y cumplir un papel decoroso en la cita orbital? Definitivamente sí. No sólo hay talento de sobra y un excelente técnico, sino la madurez para conseguir la meta de regresar a los mundiales de fútbol y volver a ser protagonista de buen fútbol en la región.

Ya lo ven en otros lados. La revista española Marca, dijo esto del amistoso con Brasil, después de reseñar los primeros minutos de buen juego carioca:

Cita:

Luego llegaría la genialidad del gol de Colombia y la confirmación de que su condición de invicto en los últimos partidos no es casualidad, sino que el equipo que dirige el argentino José Pekerman está con un nivel de juego brillante, competitivo, ganador y con una gran disciplina táctica. Brasil intentó siempre hacer su mejor fútbol, pero la defensa de Colombia estuvo segura. Mientras que en el centro del campo Torres dio toda una lección de buen fútbol, con clase, inteligencia, marcando los tiempos, Rodríguez puso la técnica y el toque preciso y Cuadrado fue el colombiano disfrazado de brasileño al completar un partido excepcional, quitándole todo el protagonismo a la gran figura de Brasil, Neymar, que además falló el penalti.

No es patrioterismo, entonces, donde se suben al cielo los jugadores por un triunfo aislado y creemos que el cielo es nuestro. ¿Entonces qué es?

Actitud: Qué gusto ver a Colombia jugar de esta manera. Ya no se juega a hacer lo que se pueda, a confiar en que las cosas salgan bien, no, ahora se sale es a ganar, como lo aprendieron hace mucho los grandes. Y es que los jugadores creen en ellos mismos, saben que es importante la disciplina táctica, que tienen suficiente talento para jugar de igual a igual con cualquiera, y lo esencial, la madurez de saber que no se gana en el papel sino jugando. Han aprendido en sus equipos que cada partido es una historia distinta, y que hay que escribirla con talento, humildad y confianza. Los grandes equipos lo saben. Colombia, luego de los fiascos del pasado, lo está descubriendo, por fortuna. En esto aventajan a la selección del Pibe.

Talento: Jugar en Europa donde la competitividad es grande ha pulido el talento natural del jugador colombiano. Han aprendido a encarar, a no bajar los brazos, a confiar en la técnica y a entender que el grupo es el que hace grandes a los jugadores. Ya no juegan al garete. Cada quien cumple con el papel encomendado y como un relojito van construyendo las jugadas que consiguen las victorias. Marcan, recuperan, asisten, anotan, con una fiereza como hace mucho no se veía. El juego de Colombia es fino, elegante, pero explosivo. Mejoró el medio campo, así como las bandas y adelante ni se diga. Hacia el futuro preocupan los centrales. No hay recambio en este momento y los años pasan la cuenta.

Técnico: Qué bueno es tener un entrenador experimentado y acostumbrado a ganar. Conoce bien a sus jugadores, lee los partidos y mueve las piezas remediando falencias y potenciando virtudes. Ha tenido la buena fortuna de contar con una camada de estupendos jugadores, pero sin un buen director la mejor orquesta desafina. A veces sorprende con las alineaciones, pero le calla la boca a todo el mundo con los resultados. Nadie le apostaba a la titularidad de Teo, pero Pekerman que juega basándose en lo que sabe y no en los titulares de prensa, lo alineó y lo convirtió en pieza fundamental de las victorias. Y aparte de eso no descuida a los jóvenes, como Cuadrado, Muriel (lesionado) o el propio James. Trabaja no solo para el Mundial sino para el futuro.

Federación: Dos cosas para agradecerles, que hayan contratado a Pekerman y que lo dejen hacer su trabajo. Eso hay que abonárselo, aparte de conseguir partidos amistosos de quilates (Brasil, México y Camerún). Corrigieron el rumbo y hay que felicitarlos por eso.

Al margen: Me he vuelto "hincha" de varios equipos europeos. Porto, Atlético de Madrid, Inter y Fiorentina. Gozo y sufro con sus partidos porque allí los colombianos están poniendo una cuota alta en sus logros. Y respecto a Cuadrado, los estupendos partidos que está jugando con la Fiorentina, convirtiendo la banda derecha en su patrimonio, son una delicia. No solo por sus tres goles en la selección sino por la cuota de movilidad y creación en el ataque, está ganando su titularidad.