Los ejecutivos de la aseguradora Munich Re, una de las más importantes del mundo, fueron premiados con una orgía con 20 prostitutas húngaras durante un “congreso”, en un spa de aguas termales en Budapest, conocida como una de las capitales del sexo en Europa.
El inusual premio fue producto del buen desempeño de los empleados y fue pagada por Ergo, la sucursal húngara de esta compañía alemana , que al parecer trato de impresionar a sus jefes con lo que ellos calificaron como “producto local”.
Las prostitutas portaban pulseras para diferenciar cuáles estaban destinadas a satisfacer los deseos sexuales de los más altos directivos y se les realizaba un conteo de sus encuentros íntimos, a través de un sello.
Varios de los ejecutivos manifestaron su indignación ante la violación de la confidencialidad empresarial, temiendo por los problemas maritales que dicha fiesta sexual pudiera ocasionarles.
La información sobre la particular fiesta fue develada por el diario Handelsblatt y la empresa Munich Re tuvo que aceptar que lo ocurrido fue cierto.