Devaluado cuento chino que ya no impresiona a nadie.
El estudio detallado de las reducciones del ozono ha revelado que se trata de un fenómeno anual observado durante la primavera en las regiones polares y que es seguido de una recuperación durante el verano.
Es absolutamente normal.
La influencia de las 7.500 toneladas de cloro provenientes de los famosos CFC que ascienden anualmente a la estratosfera es mínima frente a los
600.000.000 de toneladas de cloro y flúor (otro gas agresivo) en forma de sales que escapan de los océanos como aerosoles.
A estas cantidades de compuestos químicos de origen natural habría que sumarles los aportes de metilcloro por incendios de bosques y, por lo menos, otros 36.000.000 de toneladas anuales en forma de HCl proveniente de erupciones volcánicas.
Es decir, alegar que los aerosoles provocan agujeros en la atmósfera es tan estúpido como decir decir que por tirar un kilo de sal al mar cada año estamos aumentando su salinidad.
Slds.