Varios agentes fueron agredidos con objetos contundentes en los incidentes con los hinchas boquerenses | Algunos de los afectados fueron llevados al hospital Una serie de incidentes violentos ocurridos este domingo en el estadio 'Monumental', del River Plate, dejó heridas a unas 25 personas que fueron ingresadas en el hospital Pirovano, de Buenos Aires, tras el clásico entre River Plate y Boca Juniors empatado a dos goles.
Los encontronazos entre hinchas y agentes de seguridad se produjeron en el sector en el que estaban situados los hinchas boquenses, poco antes de que terminara el encuentro, dijeron a Efe fuentes de River Plate.
"Sabemos que los agentes fueron agredidos con objetos contundentes y que algunos de ellos fueron llevados al hospital con heridas", añadió la fuente, que desmintió la presunta muerte de dos personas, como aseguraron algunos medios de comunicación locales.
La empresa de seguridad privada Tech Security, contratada por el River Plate, confirmó que seis agentes de su plantilla resultaron heridos, pero indicó que "todos están fuera de peligro".
Alberto Crescenti, jefe del servicio sanitario estatal SAME, dijo que un joven fue ingresado en el hospital Pirovano con una crisis cardíaca, situación que fue superada en ese centro.
La operación de seguridad para el clásico contó con 950 policías, y en los controles de aficionados fue detectado el jefe de la barra brava del Boca Juniors, Mauro Martín, quien tenía prohibida la entrada al estadio y se lo impidieron.
La policía no informó sobre detenciones, que fueron varias según pudo comprobarse en los alrededores del estadio.
El River Plate celebraba este domingo una ansiada victoria ante su histórico rival, el Boca Juniors, que a los 91 minutos arruinó su fiesta en el estadio Monumental con un gol de Walter Erviti con el que empató a dos en la duodécima jornada de la Liga.
River estaba dispuesto a expresar su desahogo del tramo más triste de su historia, un año de pesadilla en la segunda categoría, en un partido que dominó desde el comienzo y que ganaba por 2-0 hasta los 75 minutos.
A Boca se le caía el mundo encima después de cuatro jornadas sin victorias (dos empates y dos derrotas), pero no reaccionaba hasta que en el último tramo del encuentro, con una multitud de pie impulsada por la emoción, descontó y consiguió el empate más importante del año.
Un Boca Juniors en caída libre no parecía capaz de recuperar su poder de fuego, mojado con 14 goles anotados en 12 jornadas, y de fortalecer su defensa con igual cantidad de encajados. También necesitaba volver a tomar el aliento perdido para provocar una alegría en sus hinchas. Pero lo logró finalmente.