Digamos que es una moneda de dos caras. En una, como acto simbólico, muestran la importancia de Simón Trinidad en los diálogos y nada mejor que aprovechar los medios internacionales para hacérselo saber al Gobierno.

La otra cara es que, como se dice coloquialmente en los negocios "mostraron la gana" y le dieron una herramienta al Gobierno para negociar que es en la práctica lo que Santos va a hacer. En la medida que avancen las negociaciones, Simón Trinidad podrá participar virtualmente. Y en un eventual acuerdo, hasta puede recobrar la libertad.

Y ojo, hacia el futuro, dado que Simón Trinidad pertenece a la burguesía costeña, no es impensable que se esté pensando en una de las cartas principales para encabezar su movimiento político. No me extrañaría verlo elegido como senador en futuras elecciones. Tendría menos resistencia que, por ejemplo, Timochenko o Iván Márquez.