Una expresión de libertad y de confianza en la pareja, una cultura de puertas y de mente abierta, disfrutar estar desnudos, de tocar y ser tocador, de sentir y disfrutar de los placeres del cuerpo.

Somos un grupo de hedonistas y voyeristas; ¿porque no? buscar el placer y suprimir el dolor, ¿porque no? mostramos nuestros cuerpos y admirar sin morbo, con libertad y mucho respeto otros cuerpos, sin agresión, sin pagos, sin drogas; tan solo el placer, ese que todos deseamos y sentimos y que hasta los más castos esconden tras hábitos y mascaras, vestidos de mansas ovejas siendo lobos por dentro.

¿Porque luchar contra lo espontaneo? con un instinto tan básico y natural, si de el podemos aprender y disfrutar compartiendo en un club, o en la playa, o en una finca, o en una casa; de está libertad de ser natural, de no convertir en tabú estar desnudos todos con unas bellas mujeres en la cama o en la piscina, compartiendo nuestra pareja, novia o novio, amiga o amigos o compañeros de placer, de los frutos de baco y de un buen sexo.

Yo no cambio está libertad por las mentiras del infiel, que se esconde cada noche en las naguas de una amante que lo explota, o con las amigas de clepsidra que cobran por segundo el amor y los besos, para luego tirarnos más como objetos, pedazos de carne valorados más por el metálico que por el Ser o el sentir.

Para ser sinceros todos tenemos algo de swinger, es tan solo que somos pocos los valientes que lo expresamos libremente en todo momento y que entramos en el mundo de la verdad, el placer y la libertad de ser swinger.

Por: Nicomor Luz