No es que se diga ¡brutos, qué belleza!, pero tampoco para salir corriendo. La cara no me gusta y no sabe posar, pero se defiende y no se sabe en la intimidad, como en la canción de Pedro Navajas "Sorpresas te da la vida:

Por ejemplo, acá se ve estupenda. Se la encuentra uno así en la calle y no sólo voltea a mirarla:



Y fíjense, aunque la piel ya tiene su gasto, lo que demuestra el trajín al que ha sido sometida, la lencería ayuda a dar el salto y caer sobre ella:



No es que sea la gatúbela de nuestros sueños, pero seguramente que en las siguientes horas hará muchos rugidos del que quiera domarla:



Y aquí no queda más que decir: ¡Guau!