Lo llamativo de esta columna es que se convirtió en un oráculo. El Procurador acató la orden de la Corte Constitucional, pero no la acató. Es decir, dijo que sí, pero también dijo que no. Admitió rectificar porque según él hay que obedecer a los jueces, pero interpuso el recurso de nulidad porque las órdenes no son tales mientras haya recursos que entorpezcan las decisiones.

Y como dijo la columnista, ratificó a las dos procuradoras que habían renunciado por chocar sus convicciones religiosas con la ley. No entiendo cómo van a hacer ahora. ¿Van a traicionar sus creencias por obedecer la ley o como dicen por ahí, hecha la ley, hecha la trampa y se arreglarán para ponerle zancadilla cada que les toque resolver un caso, dar una directiva, investigar a un funcionario... ?

Y para que no quede duda que el Procurador es el del si pero no, acata pero anuncia que va a presentar un proyecto de ley que revierta la decisión de la Corte. Por algo dijo que el debate quedaba abierto, no en el terreno judicial, claro, sino en el médico. Es decir, acata, aunque haga pistola con los dedos de los pies. ¿El guardián de la casa que deja entrara a los ladrones, deberá ser reelegido?