Doctor, tengo el pene irritado.
-¿Cómo es su vida sexual?.
-Verá, al levantarme le echo dos polvos a mi mujer. Al llegar al trabajo, le echo un par a la secretaria. Al llegar a casa, mi mujer me recibe y echamos dos polvos, y otros dos después de comer. Cuando vuelvo al trabajo por la tarde, otra vez con la secre. Luego con mi mujer cinco por la noche.
-El problema es que Ud. tiene demasiado sexo, demasiado.
-¡Ah, que suerte! yo creí que era de tanto hacerme la paja.