Venezuela, en este momento histórico, no tiene un rumbo seguro, ni líderes que la saquen de sus problemas y la conduzcan a un nuevo camino.

Chávez debe ganar (a propósito que pasa con su salud) no porque pueda manipular el sistema electoral que, al parecer es muy confiable según lo señala el Centro Carter, sino porque tiene el poder del Estado para manipular a los electores.

Pero ahí no radica el problema fundamental. Chávez ya empezó su curva de descenso como todo en esta vida y es posible que gane Capriles, que no se sabe si es mejor o peor, ya que es un representante de quienes, antes de Chávez, llevaron el país a la ruina.

Poderosos empresarios (recuerdan la feria de Carmona en las 24 horas que estuvo al mando de Venezuela) regresarán al poder a saciar la sequía a que los tuvo sometidos Chávez y de nuevo se feriarán los sectores económicos y los pobres seguirán siendo pobres.

¿Es el principio para enderezar el camino? Puede ser. esperamos los colombianos que así sea. Pero no es buen augurio la posible llegada de Capriles. Infortunadamente, por lo menos en este momento, no se asoma un estadista para hacerse cargo de Venezuela.

Tan sólo se ve la rapiña de los buitres.