8. Que las reservas internacionales se están evaporando aceleradamente
A pesar del enorme ingreso de divisas que ha tenido el país en los últimos trece años, que sobrepasan el billón de dólares, las reservas internacionales del país, se encuentran en situación crecientemente precaria. Hoy apenas superan los 27 millardos de dólares, por debajo de los 30 millardos que el propio gobierno definió como necesario. Lo más grave es, que de ese monto, las llamadas reservas operativas, esas de mayor liquidez y disponibilidad no llegan a los 2 millardos; o sea, ni siquiera alcanzan para un mes de importaciones.

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Es cierta la dificultad en este terreno pero no se acepta la satanización del tema. El problema radica en la volatilidad y en la especulación en los precios del oro, entre otros factores; veamos:
Corrección de la distorsión en el valor del oro que respalda las reservas produicido por los precios internacionales.

Oro vs. petróleo

El directorio del Banco Central decidió cambiar el método para valorar las barras de oro que posee la Nación, disminuyendo el impacto que tiene sobre las reservas internaciones la caída en el precio del metal.

Las reservas, es decir, los dólares que tiene la República para cancelar importaciones, deuda en divisas y respaldar la moneda, están formadas en 68% por barras de oro, por lo tanto, la pérdida de brillo de los lingotes afecta la magnitud de las reservas y envía señales negativas a los inversionistas que compran bonos venezolanos.

El giro consiste en que a partir de mayo de este año el precio en dólares de los 11,76 millones de onzas de oro que posee el país se calcula de acuerdo al valor promedio de cada seis meses registrado en el mercado de Londres y no con base al promedio de los dos últimos meses.

De esta manera, al alargar el período que se utiliza para calcular el precio promedio del oro, disminuye el efecto de la volatilidad y el debilitamiento en la cotización del metal.

Tras alcanzar la cumbre de un mil 900 dólares en septiembre de 2011 la onza de oro ha descendido a un rango que oscila entre 1.500 y 1.620 dólares en un entorno donde la demanda por los lingotes pierde fuerza porque ante la inestabilidad de la economía global los inversionistas dirigen la mayor parte del dinero al dólar y los bonos del tesoro de Estados Unidos.

Si bien el cambio que hizo el Banco Central en la metodología de valoración disminuye el impacto, la caída del oro se siente y al cierre del primer semestre de este año las barras doradas que posee el país tienen un precio de un mil 651,18 dólares la onza Troy versus un mil 696,33 dólares la onza en el segundo semestre de 2011.

Este declive se traduce en que el monto de las reservas de oro cae 2,6% para situarse en 19 mil 427 millones de dólares.

Hay otro efecto a tomar en cuenta. Gracias a que desde el primer semestre de 2008 el precio del oro aumentó constantemente, las reservas internacionales del país crecieron porque los mismos lingotes se reflejaban en las estadísticas del BCV a un valor superior, pero la tendencia se ha roto.

La consecuencia, es que si el metal no rebota el Banco Central ya no podrá seguir reflejando alzas en las reservas por la vía del oro y sólo habrá incrementos si Pdvsa aumenta el envío de petrodólares.

La posibilidad de que el precio del oro recupere lo perdido en los últimos nueve meses depende de la política que siga el banco central de Estados Unidos, la Reserva Federal.

Si las señales de debilitamiento en la recuperación de la primera economía del mundo obligan a la Reserva Federal a imprimir dinero para inyectar fondos y estimular el crédito, las tasas de interés caerán y será mucho menos atractivo tener el dinero colocado en bonos o en dólares y, la demanda de oro, aumentará.

Analistas añaden que la inyección de dinero por parte de la Reserva Federal también incrementaría las expectativas de inflación a futuro y el oro, históricamente, ha sido un efectivo refugio en estos casos.

Aparte de la vulnerabilidad a la volatilidad en el precio del oro, el país tiene un bajo monto de reservas líquidas, es decir, de dólares en efectivo para cancelar importaciones.

Las estadísticas del Banco Central registran que al cierre del primer semestre se ubican en 4 mil millones de dólares, una magnitud que no permite aumentar adecuadamente la entrega de divisas en Cadivi.