El Guardiolismo sin Guardiola
GEMMA HERRERO. BARCELONA 16/08/12 - 10:20.
El Barcelona afronta la temporada con las mismas exigencias de siempre, las que le vienen cosidas a un club grande y con la gran incógnita de si será capaz de digerir la marcha de Pep Guardiola tan bien como llevan repitiendo en el club desde el mismo día en el que de Santpedor anunció su adiós.
Tito Vilanova se enfrenta a un reto enorme. El lo sabe. Como ayudante de Pep en las últimas cuatro temporadas estuvo no solo en el día a día, sino que tomó parte en todas las decisiones importantes. Recalcan ahora que el estratega era él y recuerdan la anécdota de un partido en Villarreal, cuando Pep llamó a Vilanova, convaleciente aún de su operación, para preguntarle su opinión. Habrá que ver si eso tan intangible que es el estado de ánimo con la carga de emotividad, tensión e intensidad que aportaba Guardiola no pasa factura.
El equipo, salvo pequeños retoques, sigue siendo el mismo. Solo se ha ido Keita y por el momento Jordi Alba es el único fichaje a la espera de que caiga Alexander Song. Tito afirmó que no le hacía falta más y no quiso oír hablar de reforzar la delantera.
Cuenta con David Villa, que se fracturó la tibia en diciembre del año pasado y confía en ver las mejores versiones de Alexis y Pedrito, que pasaron por la enfermería más de lo debido la pasada temporada.
Un tal Leo Messi
Pero sobre todo, no hay que engañarse, el Barça tiene a un tal Leo Messi. El argentino pulverizó todos los récords habidos y por haber y firmó una temporada primorosa en lo personal. El debate sobre la Messidependencia del Barça no solo ya quedó viejo, sino que es ingenuo. ¿Cómo no depender de un jugador que marca 72 goles en una temporada? Pues eso. Messi no tiene malos compinches además con los que asociarse. Sergio Busquets, Xavi Hernández, Andrés Iniesta. Campeones del Mundo y de Europa. Ahí es nada.
Guardiola se tiró cuatro años asegurando que su incidencia en los éxitos del equipo era mínima y dirigiendo el foco hacia los jugadores. Es el momento de comprobar si tenía razón. Es el momento de verificar si el guardiolismo sin Guardiola es posible.